sábado, 28 de marzo de 2020

La estudiante de enfermería que inventó el alcohol en gel.

Guadalupe Hernandez, estudiante de enfermería en Bakersfield, California, se dio cuenta que para ejercer bien su profesión debía tener las manos limpias. Para eso, y ante la imposibilidad de tener cerca agua y jabón ante cada nuevo paciente, creó el alcohol en gel. 
En 1966 la joven estudiante, preocupada porque al realizar los procedimientos cotidianos que le exigiría su profesión no siempre tenía a mano agua y jabón para lavarse, es más, podía afirmar que sólo en escasas ocasiones lo hacía, por lo general, sólo al comienzo y al final de la jornada laboral podía.


Guadalupe Hernandez, la estudiante de enfermería que inventó el alcohol en gel.

En esa época la necesidad de que los profesionales de la salud tuvieran las manos limpias se había convertido en un credo. Hacía casi un siglo que se habían dejado atrás supersticiones e ignorancias al respecto. La asepsia salvaba vidas y sabía que las enfermeras y médicos no contaban con la posibilidad de lavarse las manos ante cada tarea y ante cada paciente. Era rigurosa la asepsia previa al quirófano y durante una cirugía, pero no así en la atención clínica cotidiana. También se conocían desde 1875  las propiedades del alcohol que era utilizado como desinfectante en sanidad. Así fue que a Hernández se le ocurrió inventar una sustancia con fuerte presencia del alcohol, que fuera fácil de acarrear y que su fácil uso eliminará las bacteria y virus de las manos. De esa manera nació el alcohol en gel para manos.
Una noche mientras descansaba en su casa, viendo una entrevista televisiva nocturna, el entrevistador hablaba con un hombre que explicaba que parte de su fortuna la había hecho con sus inventos y refería la conveniencia de patentar las invenciones y dio un número telefónico para que algún televidente interesado llamara para informarse mejor. A la mañana siguiente L. Hernández llamó. A los pocos días había patentado su invento “el alcohol en gel para manos”.
Su nombre aparece en el libro “The grow and development of nurse leaders” sobre las enfermeras que han marcado de forma singular la historia de la profesión, entre las también están la archiconocida Florence Nightingale y también Jean Ward, que gracias a su poder de observación ayudó a combatir la ictericia en los recién nacidos, y que fue motivo de la publicación en este blog el 5 de febrero de 2019.
Aunque el alcohol en gel se convirtió en un producto que durante dos décadas sólo utilizaron prácticamente los profesionales sanitarios, sin embargo, hubo que esperar hasta la epidemia de Gripe A en 2009 para que se convierta en un producto verdaderamente popular y demandado por todos. Las campañas de concientización para el lavado de manos, vinieron acompañadas de recomendaciones de suplir en caso de ser necesario al agua y al jabón con este producto que para ese momento ya tenía casi medio siglo de vida, pero para muchos constituía una novedad.
Desde hace unos años se ha convertido en una costumbre que los sanitarios se froten las manos con este producto cada vez que entran y salen de una habitación; y también cada vez que empiezan y finalizan una consulta con un paciente. Desde que se arraigó esta nueva conducta, este nuevo hábito, los estudios científicos muestran una contundente baja en el porcentaje de infecciones intrahospitalarias y en las enfermedades del personal sanitario.
Desde entonces el alcohol en gel se convirtió en un elemento de higiene común. Se lo ve sobre escritorios, en oficinas públicas, en dispensadores en baños, a mujeres sacarlo de su cartera en el transporte público, en las mochilas colegiales de los chicos. Su aspecto exterior se fue sofisticando. Ante mayor competencia las compañías buscaron seducir al comprador. Distintos sabores, colores y formatos. Las ventas crecieron exponencialmente en la última década. Es usual encontrar dispensadores adosados a las paredes de los más diversos lugares, negocios y dependencias públicas.
En situaciones como la actual con la pandemia por coronavírus se ha hecho casi indispensable para cada uno que salga de su casa, como las llaves, el teléfono móvil o el dinero y por ello el alcohol en gel fue el primer producto en agotarse en los supermercados. La gente corrió a procurarse un stock del mismo.
Lo mejor es lavarse las manos con agua y jabón. Ese es el método más eficaz para prevenir enfermedades. Sin embargo, en caso de que no se pueda o que esa operación se dificulte, recomiendan el uso del alcohol en gel que elimina más del 99% de las bacterias y gérmenes. Utilizando el alcohol en gel sólo de secundaria, tal como Lupe Hernández lo pensó en Bakersfield en 1966.

Más información y fuentes:
https://www.diariosur.es/malaga/formula-elaborar-casa-20200310214055-nt.html


lunes, 16 de marzo de 2020

Twitter de Alessa Bonari enfermera de Milán contra el Coronavirus.,

Italia es sin dudas, después de China, el peor país en cuanto a la expansión del coronavirus. Desde que llegó a Europa, Italia se convirtió en una nación en cuarentena donde nadie puede estar en las calles y lo único que se mantiene en trabajo constante son los servicios de salud y seguridad. Poco a poco va llegando a otros países como estamos viviendo ya en España.
Así es como algunos trabajadores también le quieren mostrar al mundo que no es un chiste y que la pandemia es real, o al menos así lo es en los países que no tomaron los recaudos necesarios.

Alessa Bonari es una enfermera de Milán, que sufre, pero lucha para tratar de salvar la vida de las personas, ha dejado un relato conmovedor en su cuenta de Twitter, con una foto con la cara marcada por los protectores faciales del protocolo para prevenir el contagio:
Imagen de Alessa Bonari en su cuenta de Twitter. Pueden apreciarse fácilmente las lesiones producidas por la presión de la mascarilla y gafas de protección. 

"Soy enfermera y me toca atravesar esta emergencia sanitaria. También tengo miedo, pero no voy a ir de compras...
Sí, tengo miedo de ir a trabajar", "Tengo miedo de que la mascarilla no se adhiera bien a la cara, o quizás, accidentalmente, me toque con guantes sucios. O bien, puede que las gafas protectoras no cubran completamente mis ojos y algo ocurra", "Estoy físicamente cansada porque los dispositivos de protección como la bata me hace sudar y una vez que estoy cambiada ya no puedo ir al baño o beber durante seis horas".

Más allá de sus quejas, se mantiene en la lucha contra la enfermedad y pide a todos los trabajadores que sean responsables.
"Esto no nos impedirá hacer nuestro trabajo como siempre lo hemos hecho. Seguiré cuidando a mis pacientes, porque estoy orgullosa y enamorada de mi trabajo"
"Lo que le pido a cualquiera que esté leyendo esta publicación es que colaboren con el esfuerzo que estamos haciendo. Ser responsables, quedarnos en casa y proteger a los más frágiles. Los jóvenes no somos inmunes al coronavirus, nosotros también podemos enfermarnos.

Más información y fuentes:


https://www.instagram.com/p/B9gmYPLJFt_/?utm_source=ig_embed