viernes, 21 de junio de 2019

Enfermeras en el trabajo. Vida cotidiana en la URSS.

Vladimir Rolov es el famoso fotógrafo, periodista y verdadero maestro ruso del arte fotográfico. Comenzó a hacer sus primeras fotos en la URSS, siendo solo un niño, y ya lleva más de 45 años haciendo estupendas obras.
En la actualidad, Rolov, vive en Alemania, es autor y coautor de diez libros, autor de más de 300 artículos, organizador de 12 exposiciones fotográficas en Rusia, América del Norte y Europa.
Varias páginas de internet muestras parte de sus obras que muestran escenas de la vida cotidiana en los últimos años de lo que fue la Unión Soviética. Entre ellas las que muestran algunas escenas del trabajo diario de las enfermeras.
Enfermera rusa administrando un fármaco intramuscular a una pequeña.
Fotografía de Vladimir Rolov.
V. Rolov nació en 1953. Su primera cámara, una maquina muy simple y de cierto tamaño, fue un regalo por su octavo cumpleaños de uno de sus tíos, que era fotógrafo.  Ya a la edad de 13 años, Rolov se convirtió en periodista fotográfico independiente en el periódico de una fábrica de tractores. Así es como comenzó su vida en el periodismo, aunque más tarde se graduó en el Instituto Politécnico de Chelíabinsk y estudió una ingeniería, se fue a trabajar al periódico. Viajó mucho a diferentes rincones de los Trans-Urales para fotografiar la vida simple de la gente común: lecheras, constructores, maestros y policías. "Tomo fotos de personas porque las amo".
En 1982, el periódico "Rusia soviética" publicó las primeras imágenes de Rolov, y ese mismo año lo llevó a trabajar como fotógrafo de prensa en los Urales y en Siberia occidental. En 1985, se convirtió en jefe del departamento de ilustración de la oficina editorial de Moscú.
En 1989, Rolov fue a Alemania para estudiar en la Universidad de Bayreuth (Facultad de Pedagogía Social y Psicología). "Me escapé de la URSS con mis propios negativos", recuerda el propio Vladimir.
Una enfermera desde el control de enfermería intenta poner algo de orden con sus pacientes que corren jugando en los pasillos. Foto de Vladimir Rolov.

Trabajó en una nueva especialidad, pero no abandonó una foto. Fue en Alemania donde tuvieron lugar sus primeras exposiciones personales de fotografía. Además, sus fotografías comenzaron a aparecer en publicaciones como Stern y Financial Times. En 1999, ganó el concurso de fotografía alemán en AWO BAYERN.
Desde 2001 hasta 2008, Rolov fue el jefe del departamento de fotoftalmología en la clínica de Frankfurt-am-Main, donde estudió investigación fotográfica de ojo fino. Pero desde 2008, volvió completamente al periodismo. Durante estos años, comenzó a trabajar con la editorial bávara Groh, que publicó seis libros Rolov y dos calendarios con sus fotografías. Varios libros publicados en Rusia, como “FRO. Una novela con fotos” y “Fotos con historias de los 80”.
Vladimir que actualmente vive en Alemania, fotografía, escribe, da clases magistrales. Pero siempre feliz de ir a casa, respirar el aire ruso. Sus trabajos, dicen sus seguidores, "están llenos de vida más que nuestro presente". 

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martes, 18 de junio de 2019

La culpa. CineTV 2006. Dirigida por Narciso Ibáñez Serrador.

Como reconocimiento a su director recientemente fallecido, hoy hablamos de su película para televisión “La culpa” que trae una historia que se sitúa en la España de principios de los años setenta del siglo pasado, centrándose en Gloria, madre soltera y enfermera que acepta la ayuda de Ana, una ginecóloga amiga que le ofrece trabajo y sitio donde vivir con su hija en su enorme y antigua casa donde además tiene su consulta privada.
No pasa mucho tiempo para que Gloria se dé cuenta de que no todo es tan bonito como parece pues, tras los continuos avances sexuales de su amiga le hacen convencerse de que su ayuda no es del todo desinteresada, y descubre que la famosa consulta privada que tiene lugar en la enorme y vieja casona es, en la práctica, una clínica clandestina dónde práctica abortos.
Todo se complica cuando es la propia enfermera la que tiene que abortar, tras ello, empezarán a ocurrir extraños sucesos, algo que añadirá tensión a la tremenda “culpa” que siente la joven por haber interrumpido la vida que se estaba formando dentro de ella. A todo ello también hay que unir una misteriosa puerta en las escaleras que constantemente lucha queriendo abrirse y una inquietante presencia en el desván polvoriento y lleno de telas de arañas, por el que su pequeña hija parece sentirse muy atraída.

Datos de la obra:
La culpa - Películas para no dormir (TV) Año 2006.
Duración 72 min.  País España
Dirección Narciso Ibáñez Serrador
Guion Narciso Ibáñez Serrador (Historia: Luis Murillo)
Música Víctor Reyes
Fotografía José Luis Alcaine
Reparto: Nieves de Medina, Montse Mostaza, Alejandra Lorenzo, Mariana Cordero, Asunción Díaz.
Productora Filmax  Género Terror e intriga.

Narciso Ibáñez Serrador, nació en Montevideo en 1935, director de cine, actor, guionista, escritor, etc., llegó a España en 1947; a los 18 años terminó el bachillerato en Salamanca y se lanzó a una vida de aventuras que le llevó a recorrer medio mundo. Pasado un tiempo, regresó a España e ingresó en la compañía de teatro de su madre, donde recorrió todos los puestos posibles: maquinista, electricista, apuntador... En 1951 hizo su debut como actor en un pequeño papel en Filomena Maturano, de Eduardo De Filippo, y se lanzó a una intensísima formación para adquirir experiencia y dominio. Llegó a estrenar en tres años más de treinta títulos.
La carrera profesional de Ibáñez Serrador se había iniciado escribiendo novelas radiofónicas y con el estreno teatral de su primera comedia Obsesión, que siempre firmaba bajo el pseudónimo “Luis Peñafiel”.​ No obstante, su despegue profesional tuvo lugar a su regreso a Argentina, donde empezó a trabajar en televisión de la mano de su padre, que en los años previos había desarrollado una firme carrera en el cine argentino.
Aunque realizó algunos trabajos como actor, pronto se distinguió por sus guiones y adaptaciones, como los realizados para Teatro universal en un acto (1957).​ Tras estos inicios siguieron numerosos guiones televisivos, como Historias para mayores (1957, 1960), El fantasma de la ópera (1960) o Arsenio Lupin (1961), aunque sobre todo destacando su primera serie de terror, Obras maestras de terror (1960-1962), ​ si bien el frenético ritmo de trabajo de la televisión argentina le fue desencantando, pues el producto final no poseía la calidad que le habría gustado.​ También destacó como un pionero de la ciencia ficción en la televisión con su serie Mañana puede ser verdad. ​
Posteriormente regresó a España en 1963, con 28 años, dirigiéndose a TVE, que en aquellos años era la única cadena de televisión del país, y enseguida consiguió un trabajo al mostrar algunas de las producciones que había realizado en Argentina.​
En sus primeros trabajos mezclarían los dos mundos que conocía, el teatro y la televisión, y es que consistieron en adaptaciones de piezas clásicas para el programa Estudio 3. También realizó guiones de series como La puerta cerrada (1964) y La historia de San Michele (1964), recuperando además la serie Mañana puede ser verdad (1965).
Entre sus espacios para televisión más conocidos figuran Obras maestras del terror, Cuentos para mayores, Estudio 3, Mañana puede ser verdad, Historias para no dormir, Historias de la frivolidad, 1 2 3 responda otra vez, Hablemos de sexo, Luz roja y El semáforo. 
En cine dirigió dos películas: La residencia, Premio a la mejor película, en Taormina, Sicilia, 1976 y ¿Quién puede matar a un niño?, Segundo Premio a la mejor película, Avoriaz, Francia 1976.
También siguió vinculado al teatro, estrenando su obra Aprobado en castidad, que la censura obligó a renombrar como Aprobado en inocencia, que él mismo interpretó junto a su madre poco antes del fallecimiento de esta, sucedido en 1964.
De sus innumerables trabajos para televisión, en 2006, dirigió La culpa, que formaba parte de las denominadas “Películas para no dormir”, para la cadena televisiva Telecinco. ​

Más información y fuentes:
https://www.youtube.com/watch?v=xYVgDVMD6yA


lunes, 10 de junio de 2019

La enfermería en la obra de W. Hatherell.


Más información y fuentes:

martes, 4 de junio de 2019

Cartel de reclutamiento. 1918 y Enfermeras del Magen David Adóm. Primera Guerra Mundial.

Sobre una escena bélica de fondo, una enfermera con uniforme del Magen David Adom hace una llamada al alistamiento voluntario de sus correligionarios. 

Cartel de reclutamiento. 1918.

Muchos de los habitantes judíos, que querían tener un "hogar nacional", creían que solo Inglaterra, que en ese momento era un gran imperio, podía ayudarlos. Por lo tanto, era deseable que los judíos fueran reclutados en el ejército británico. Los que realmente podían hacer esto eran los judíos que vivían en ese momento en la propia Palestina, es decir, en el territorio del Imperio Otomano, y también voluntarios de Europa y América. Muchos judíos que vivían en el lugar que no eran ciudadanos del Imperio Otomano durante Guerra, fueron expulsados ​​​​a territorio egipcio, ya que el gobierno Otomano creía que apoyarían a los británicos. El último año de la Primera Guerra Mundial, más de 1500 hombres y mujeres judíos en la hasta entonces Palestina Otomana, se alistaron como voluntarios en un Batallón del Ejercito Británico, una unidad de combate, que se denominó “Legión Judía”.


Las primeras enfermeras del Magen David Adóm, en ropa de trabajo. Foto coloreada.

En tales circunstancias y argumentando que los heridos y enfermos de La Legión Judía podían sentirse incómodos al ser trasportados en las ambulancias o ingresados en las salas hospitalarias marcadas con cruces cristianas y atendidos por personas ajenas a sus creencias, en 1918, el último año de la Primera Guerra Mundial se gestó la formación de una Unidad Sanitaria judía que prestara la atención necesaria a quien lo necesitara. 

Quinientos de los voluntarios eran mujeres jóvenes que se inscribieron en un servicio auxiliar de La Legión para proporcionar atención sanitaria a los soldados heridos. Con un fin humanitario semejante a la Cruz Roja Internacional, el servicio recibió el nombre de Magen David Adom, que significa "Escudo Rojo de David", o también conocido como la Estrella Roja de David, debido a su emblema, una estrella roja formada por dos triángulos equiláteros enlazados. La organización fue reconocida por el Gobierno Militar Británico. Un número seleccionado de sus miembros sirvió en hospitales militares prestando su ayuda y atención durante lo que restó de conflicto bélico tanto a la población judía como árabe y cristiana de la zona. Poco después del final de la guerra, la organización se disolvió. Aunque se puede decir que fue la idea base sobre la que tan solo una década después tomara cuerpo definitivo la que hoy día es el Magen David Adom en el moderno estado de Israel.  


Foto coloreada de las primeras enfermeras voluntarias de Magem David Adom, con ropa de calle, sobre 1917-1919 (de derecha: Sonia Fuchsman, Bella Berlin, Nina Berlin, Hela Shoshani, Sara Hevroni).
 Imagen del archivo Yad Izhak Ben-Zvi (IL-INL-YBZ. 0012.223 / 997009637042805171. Colección Digital de la Biblioteca Nacional de Israel

Como es sabido, la Gran Guerra no solo se libró en territorio europeo, con la entrada del Imperio Turco el escenario bélico se extendió al próximo oriente y Egipto. Durante los primeros tiempos del conflicto, el Imperio Otomano se mantuvo prudentemente a la expectativa, sin participar en ella, pese a los tratados que lo ligaban al Imperio Alemán, dudando entre los dos bandos, antes de decantarse por el de los imperios centrales, formado por Alemania y Austria-Hungría en octubre de 1914. 
Tras el fracaso de las ofensivas contra Egipto y el Cáucaso, el imperio hubo de enfrentarse en 1915 a una acometida enemiga contra Estambul, que pudo desbaratar, y a varios ataques en Armenia, Mesopotamia y Palestina. El Sultán, en calidad de Califa, título que ostentaban los soberanos otomanos desde el siglo XVI, hizo un llamamiento a la guerra santa “Yihad” contra los aliados, pero con escaso éxito. El imperio no contaba con medios para afrontar una guerra moderna y fue agotándose, ahogado por el bloqueo enemigo. En el otoño de 1918, unidades británicas, mejor armadas que las turcas, vencieron a las turco-alemanas y unida a otros acontecimientos negativos en el conflicto, obligó al Imperio a capitular. 
La nueva situación tras la guerra daría lugar al reparto administrativo de toda aquella zona del hasta entonces Imperio Turco Otomano a las potencias victoriosas, en este caso franco-británicas y en el caso concreto que nos ocupa a lo que se denominó como Mandato Británico de Palestina.

Más información y fuentes:
http://www.crethiplethi.com/magen-david-adom/miscellaneous/2009/

https://tinyurl.com/nli-photo-collections

https://www.facebook.com/NationalLibraryofIsrael/photos/a.157058210976078/5194591923889323/