viernes, 15 de diciembre de 2023

Enfermera Brown de Jamaica. 1956

En enero de 2019 en una exposición sobre la mujer en la enfermería y la medicina en los últimos 500 años, El Real Colegio de Médicos en Londres, pedía ayuda, en este caso a las enfermeras, para poder identificar a la 'Enfermera Brown de Jamaica', cuyo retrato formaba parte de la exposición en aquel año. Es probable que la enfermera, pintada por la artista Irene Welburn, residente en Birmingham, alrededor de 1956, llegara al Reino Unido desde el Caribe después de la Segunda Guerra Mundial, pero se sabe poco más sobre ella, no sabemos qué relación hubo entre la enfermera del retrato y la pintora, eran amigas. La pintura ha planteado muchas preguntas como: "¿Sigue viva la enfermera Brown?" ¿Dónde trabajó? ¿Qué gesto está haciendo con su largos dedos, un gesto rastafari típico de Jamaica o simplemente era un gesto natural.

Enfermera Brown de Jamaica.1956

Autora Irene Weburn (1919-2000) Galería de Arte de Wolverhampton.


En 1965, más de 3.000 enfermeras jamaicanas trabajaban en hospitales de Gran Bretaña, alentadas por el gobierno de posguerra.

Con respecto a la pintora lo único que Divertimento Enfermero ha podido llegar a saber es su residencia y fecha de nacimiento y muerte (1919-2000). Si alguien consigue más información, por favor, puede aportarla en los comentarios.

Más información y fuentes: 

 https://artuk.org/discover/artworks/nurse-brown-20912

https://history.rcplondon.ac.uk/blog/hidden-history-women-medicine-curators-thoughts

https://www.instagram.com/p/CL64CR8nl5P/

https://artuk.org/discover/artists/welburn-irene-19102000

https://rcni.com/nursing-standard/newsroom/news/can-you-help-identify-nurse-brown-jamaica-143681


viernes, 1 de diciembre de 2023

La horrible y disoluta enfermera Sarah Gamp.

Existe un personaje que genera odio y repulsión dentro de la extensa bibliografía de Charles Dickens y es el de Sarah Gamp, la enfermera borracha y oportunista que escandalizó a la pulcra sociedad victoriana en la novela “Martin Chuzzlewit”. 

Este conocidísimo personaje en el mundo anglosajón de Dickens, la enfermera Gamp, tan cómicamente malvada quedó marcada en la imaginación de los lectores como borracha, hipócrita, falsa, era capaz de sacar la almohada del enfermo para colocarla en el respaldo de su asiento y echar una cabezadita. Trabajaba de matrona y cuidaba enfermos de noche para ganarse un sobre sueldo. ¿Sabía cuidar a un enfermo? Puede que sí, pero no ponía empeño en ello sino al contrario.

 

La legendaria Sarah Gamp en una ilustración de J. Clayton Clark

“Martin Chuzzlewit” se publicó por entregas entre 1843 y 1844. Para Dickens era uno de sus mejores trabajos, sin embargo no tuvo el éxito de muchos otros de sus libros. Bajo el lema del egoísmo, nos sumergía dentro de una familia llena de personajes oscuros y desoladores, liderados por el amargado patriarca del clan y la sombra de su herencia. El personaje central, Martin, que comparte nombre con su abuelo, tendrá que buscar fortuna lejos de los Chuzzlewits al enamorarse de la cuidadora de su abuelo y emigrará a Estados Unidos. 

Aunque muchos aseguraban que sólo era una caricatura de las enfermeras de la época, lo cierto es que representaba muy bien una parte de la profesión británica, sobre todo en unos años donde todavía los hospitales no estaban masificados y la mayoría prefería cuidar a sus enfermos en casa. En estos casos es cuando se llamaba a una de estas enfermeras que hacían de cuidadoras especializadas. Muchas de estas mujeres dejaban mucho que desear, pero al no estar bajo el registro de un hospital, actuaban con total libertad y sin control. Hasta el propio Dickens criticó en el prefacio de la novela en 1849 esta situación. “Es una vergüenza que los hospitales, con sus posibilidades y presupuesto, hayan dejado, en manos privadas, la mejora del cuidado de los enfermos a través de las enfermeras". Así describe Dickens al personaje en su primera aparición, en el capítulo 26, que se publicó en octubre de 1843. “Era una mujer vieja y gorda, esta señorita Gamp, con una voz fornida y ojos húmedos, con un asombroso poder para levantar sus pupilas y sólo mostrar lo blanco. Con un cuello muy pequeño, le costaba mirar más allá de sí misma, si se puede decir así, con aquellos con quienes hablaba. Llevaba siempre un vestido de color negro oxidado, la peor decisión para su trabajo, y un chal y boina a juego”. Y añade: “La cara de Mrs. Gamp, en particular su nariz, era de alguna manera roja y desbordada, y era difícil disfrutar de su presencia sin ser consciente del olor a alcohol. Como la mayoría de personas que han conseguido llegar a ser eminencias en su trabajo, ella se tomaba su trabajo con benevolencia, tanto que, a parte de sus preferencias como mujer, podía estar tanto estirada como tirada en el suelo con igual entusiasmo y deleite”.

Sarah Gamp y Betsey Prig, ilustraciones para bocetos de personajes de Dickens compilados por BW Matz, 1924

El personaje estaba basado en una enfermera real que conoció una buena amiga de Dickens, Angela Gerogina Burdett-Coutts, un personaje digno de novela ella misma a la que el rey Eduardo VII llegó a decir que era: “la mujer más remarcable de Inglaterra después de mi madre”.  Angela Gerogina fue una mujer de gran cultura, conocida por ser la heredera más rica del imperio, financió todo tipo de causas sociales. Al final de su vida, con 63 años, se casó con un americano de 29 años, escandalizando a la opinión pública, que hasta entonces la adoraba.

En la novela, Gamp aparece junto a otra enfermera, esta trabajadora de día en un hospital, pero casi igual de miserable e incompetente, Betsy Preg. Este personaje refleja bien su época porque trabajaba incontables horas por un sueldo que prácticamente la esclavizaba, lo que la obligaba a hacer cosas de las que no se enorgullecía para sobrevivir. Lo cierto es que la imagen de Gamp se hizo tan popular que, como el personaje siempre llevaba un característico paraguas negro, se empezó a llamar este tipo de paraguas “Gamp”.

En 1854 con la aparición de Florence Nightingale y su gran empeño en la formación y profesionalización, las enfermeras pusieron las bases ontológicas de una profesión que poco a poco ganaría el respeto que no habían tenido nunca. Pero fue Dickens y su señorita Gamp los que ridiculizaron el lado perverso de la profesión los que posibilitaron que se pusiesen las bases para conseguir la respetabilidad de la profesión. A veces, sólo necesitas un mal ejemplo, como en las fábulas, para hacer reaccionar a la sociedad.

No deja de ser curioso que la más célebre de los descendientes de Charles Dickens, Mónica Dickens, se convirtiera en escritora y en enfermera.

Más información y fuentes:

https://www.meisterdrucke.es/impresion-art%C3%ADstica/Harold-Copping/577287/Sarah-Gamp-y-Betsey-Prig%2C-ilustraciones-para-bocetos-de-personajes-de-Dickens-compilados-por-BW-Matz%2C-1924.html

https://cdn.britannica.com/97/171397-050-339FCDDB.jpg

https://www.larazon.es/cataluna/20200604/ejjcnsnhgvhihbt6s7ywekptge.html

https://digitalcollections.nypl.org/items/510d47de-783e-a3d9-e040-e00a18064a99

https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/0/0f/Sairey_Gamp_1889_Dickens_Martin_Chuzzlewit_character_by_Kyd_%28Joseph_Clayton_Clarke%29.jpg

https://en.m.wikipedia.org/wiki/File:Sairey_Gamp_1889_Dickens_Martin_Chuzzlewit_character_by_Kyd_%28Joseph_Clayton_Clarke%29.jpg

https://es.wikipedia.org/wiki/Martin_Chuzzlewit