lunes, 28 de noviembre de 2016

Beba una copa de Amaro Isolabella.

Enfermera ofreciendo una copa de licor de Amaro.
Autor: el ilustrador italiano, Gino Boccasile. 1940.
Descripción: Una enfermera vestida de blanco con el signo de la Cruz Roja sobre su tocado, ofrece amablemente una copa de Amaro Isolabella como bebida buena  para la Salud. 
Por aquellos años aún no había comenzado la campaña de prevención sobre las bebidas alcohólicas por sus efectos nocivos por un consumo excesivo.

En los reclamos comerciales los ilustradores y publicistas, como es el caso, se sirven de figuras  con rol social que aporta seguridad y confianza, como los profesionales de la salud, en éste caso una enfermera, pues,  con toda su experiencia y su dedicación a ayudar a los pacientes, ofrece un Amaro, seguro que  entonces debía ser seguro para la salud.
Éste licor fue creado en 1870 por la empresa fundada por Egidio Isolabella, que más tarde se convirtió en Isolabella F.lli & C. y finalmente E.Isolabella & Son, con sede en Milán, en Via Villoresi 13 y en el Corso Colombo 9. Se le denominó "bebida tónica".  
El amargor y color oscuro se obtiene de la infusión de 18 hierbas. Todo ello con un contenido de alcohol de 30%. Se puede consumir solo o añadiendo agua de sosa y un trozo de cáscara de limón. También se utiliza para cócteles.  
Ilustración de 1940.
Biografía del autor:
Gino Boccasile (14 de julio de 1901 en Bari y falleció en Milán el 10 de mayo de 1952), a consecuencia de una pleuritis que le vino a raíz de una bronquitis mal tratada. Tras graduarse, entró a la escuela de arte de Bari y tras la muerte de su padre en 1925, se trasladó a Milán. Consiguió tras hacer numerosas pruebas, convertirse en ilustrador en la agencia Mauzan Morzenti. A partir de ahí despegará su carrera artística, hará numerosos posters publicitarios y de moda femenina, que destacan por la sensualidad con la que pinta las mujeres. Trabajará a principios de los años 30 en Buenos Aires, donde conocerá a su futura mujer Alma Corsi, en 1932, se traslada a París, trabajará para el "Paris Tabou" y en el Salón de Artistas Independientes. Pero a finales de año vuelve a Milán donde crea la agencia publicitaria ACTA, junto a su amigo Franco Aloi. Hasta 1939 realizará trabajos para distintos periódicos:  "La Donna" (1932), "Dea" and "La Lettura" (1934), "Bertoldo" (1936), "Il Milione" (1938), "L'Illustrazione del Medico" (1939), "Ecco", "Settebello" and "Il Dramma" (1939).

No demostró interés por la política hasta que creó ACTA, siendo un seguidor más del fascismo, que por aquellos años corría por Italia. Cada vez se fue comprometiendo con el movimiento y como sus carteles publicitarios a finales de los años 30 adquirieron fama en Italia, recibió encargos del propio Mussolini. Su principal labor para el estado sería con el estallido de la 2ª Guerra Mundial, haciendo decenas de carteles de excelente calidad, resaltando las calidades del ejército italiano. Se comprometió aún más con Mussolini, tras su destitución y la creación de Saló, entonces fue incluso admirado por las SS que le pagaron un sueldo de oficial para que realizara carteles de propaganda bélica de este cuerpo y de hecho formó parte de la División SS italiana, como dibujante. Al acabar la guerra fue juzgado por colaboracionista, pero obviamente su trabajo se limitó a dibujar, por lo que poco después quedó absuelto.
Pero encontró grandes dificultades para reiniciar su trabajo, no podía encontrar trabajo durante varios años. Fue a mediados de 1946, con una Italia más calmada, cuando recibiría muchos encargos de empresas inglesas y francesas, de bocetos pornográficos y también empresas italianas apostaron por él, como la cosmética Paglieri o la licorería Iperchina.
Como anécdota, hay que decir que en esta época cambió algo su estilo, haciéndose más realista.
Algo por muchos desconocido es que era tuerto, perdió su ojo izquierdo de niño al beber en una fuente y darse con un hierro saliente.

Más información y fuentes:
https://it.wikipedia.org/wiki/Amaro_18_Isolabella

viernes, 18 de noviembre de 2016

Enfermeras en el hospital. Lienzos de Enma Cano.

Enma Cano, asturiana, pintora, ilustradora y muralista, muestra el lado humano de los hospitales y lo traslada al lienzo, dándole a sus cuadros una atractiva belleza llena de naturalidad. De su catálogo "Luz en Hipocratia" con el que ha realizado varias exposiciones, subo aquí unos cuantos lienzos en los que refleja de forma muy cercana y natural, el trabajo de las enfermeras en el medio hospitalario.
Enfermera.
Explicado con palabras de la propia autora:
“Con sus luces y sus sombras, con todos los matices que fuera capaz de captar. Ha sido fácil encontrar inspiración, pues la vida, puertas adentro de un hospital, rebosa humanidad. Para empezar, el ir «disfrazada» de personal sanitario para pasar desapercibida me ha hecho sentir que la gente me trataba desde un respeto y una confianza nuevos para mí.
En la habitación 107.
La distancia se acorta a la hora de hablar de intimidades. Las poses se pierden. En un hospital los hombres son esencialmente lo que son. La confianza adquiere un sentido absoluto. Los pacientes saben y sienten que el único motivo de que estés a su lado es que les vas a ayudar. Esa  tremenda entrega me creaba, de alguna manera, la obligación de implicarme en las miserias de otros. Y de paso, a veces fugazmente, también en sus alegrías.
Inma por la mañana.
He sido parte a la vez que observadora de una encrucijada de vidas que coinciden en un punto presente, intenso. Me he sentido envuelta en un torbellino de emociones, contagiada por los sentimientos de los demás, impregnada por sus lágrimas y enternecida por sus anhelos.
La vida en la mano.
Médicos, enfermeras, acostumbrados a tocar la miseria del hombre, se pasean dando recetas, consejos, derrochando ternura y comprensión. Son capaces de combinar esa suerte de amor que profesan a la humanidad, con una especie de distancia que les protege del contagio del dolor de otros. Con todo, se angustian, sufren, se encariñan con los pacientes, con los que a veces establecen una verdadera relación de amistad.
Un angel.
La enfermedad nos hace más conscientes de que la vida es tan maravillosa como frágil. Enfrentarse a esa fragilidad nos ayuda a continuar. Vivimos con la muerte echándonos vaho en la nuca. Disfrutemos mientras podamos. No hay una segunda oportunidad. Estos meses he aprendido que es inútil esconderse del dolor y la muerte como si fueran ajenos a nosotros, y no parte de nuestra esencia como seres humanos.
Resignación.
Como en un juego ilimitado, releo esta elección de palabras y me evoca otra, igualmente válida e intensa para describir lo que he sentido: amor, incertidumbre, esperanza, trabajo…
Tierna rutina.
Combínense como se desee. Lo único que espero es haber podido transmitir con mi pintura una ínfima parte de la brutalidad, el amor y la humanidad que se me regaló al hacer este trabajo”.


La autora dice de ella:
Nací pintora, aunque no sé a qué edad hice mis primeros trazos, con un lápiz desgastado o manchándome las manos, torpes aún, con ceras de colores.
Soy natural de Asturias, así que mis ojos se acostumbraron pronto a disfrutar de la belleza natural de los paisajes, de verdes intensos que casi se pueden oler, de la bravura del mar y la serenidad imponente de las montañas. Allí tuve la suerte de aprender, cuando aún era una niña, de un maestro del paisaje: César Pola, quien supo inculcarme la fascinación que siento por pintar en plena naturaleza.

Más tarde acudí a clases de dibujo y modelado en la Escuela de Artes y Oficios de Oviedo, y como en mi ciudad no existía facultad de Bellas Artes me licencie en Filología, así que podría decirse que soy semiautodidacta.
Mi juventud transcurrió entre tonos tostados, amarillos y sepias del desierto almeriense. Allí pinté murales, retratos de turistas, dibujos y cuadros de los paisajes áridos de la zona y de las gentes que se ofrecían a posarme. He dibujado también en Berlín o en Finlandia, en Canarias o en Madrid… Allá donde estuviera, mis trazos siempre han bailado libres, imparables…
Desde 1991 vivo en Mallorca. Aquí trabajo como ilustradora y fotógrafa de la revista Missèr, que edita el Colegio de Abogados de Baleares. He tenido la fortuna de ser elegida para retratar a personajes ilustres de la abogacía, y la Real Academia de Medicina me encargó en 2001 un retrato del rey para su sede en Madrid.
Aunque mi pintura es figurativa no me siento identificada con ninguna escuela o estilo en concreto. Quizás el hecho de ser autodidacta me ha liberado de esta clasificación. Siempre palpita en mis dedos, mi mirada y mi pensamiento el aleteo libre de quien se expresa con la belleza.

Más información y fuentes:

jueves, 10 de noviembre de 2016

Estudiantes de Enfermería. 1924.

Escuela de Enfermería de Pennsylvania. Solo para hombres.
Fundada en 1914, por el Instituto del Hospital de Pennsylvania, en el oeste de Filadelfia. Fue la primera Escuela dedicada solo a la formación para varones y estuvo 51 años formando enfermeros,  551, hasta 1965, cuando se cerró.
No deja de resultar curioso, pues  mayoritariamente las instituciones para la formación enfermera, lo han sido para mujeres, a lo sumo  Escuelas Mixtas, éste es el primer y único caso del que tengo conocimiento, en el que la formación fuera exclusiva para hombres.



En los primeros años del Hospital, las enfermeras apenas tenían formación y solían ser personal pobre sin formación y a cambio recibían bajos salarios, no había "profesionalización", más bien, buena voluntad y poco más, los cuidados eran deficientes.
La Junta del Hospital decidió en 1875 tomar en consideración un plan formativo para enfermeras y así nació la Escuela de Enfermeras. 
Posteriormente en 1914 se decidió abrir una Escuela de Enfermería solo para hombres, ubicándose en el departamento de Salud Mental y enfermedades nerviosas. Fue la primera escuela de formación de enfermeros en los EE.UU. para ser dirigidos por un hombre, Leroy N. Craig.
El programa educativo fue diseñado para proporcionar una formación  en enfermería general y una vez terminada la carrera la posibilidad de especializarse en enfermería psiquiátrica y urológica.

Acto de graduación, Escuela de Enfermería de Pennsylvania.
En 1965, la Escuela de Enfermería del Hospital de Pennsylvania para Hombres se cerró, después de haberse graduado 551 Enfermero. La escuela de las mujeres se cerró el mismo año, y se estableció un  programa de educación mixta,  que siguió atrayendo a estudiantes de sexo masculino, hasta que fue cerrada en 1974.



Más información y fuentes:


jueves, 3 de noviembre de 2016

Enfermera cuidando a paciente en un armazón de Stryker.

El armazón de Stryker o  arco de Foster, se utiliza para enfermos con lesiones en la columna vertebral. 
Como podéis suponer, son personas totalmente dependientes a las que es necesario atender todas sus necesidades básicas, y por otro lado es necesario evitar que se produzca movilización  alguna.
El armazón de Stryker o  arco de Foster, facilita la inmovilización total y permanente, de la persona lesionada y atender la alimentación, la higiene y la eliminación de una forma bastante adecuada.


    Consta de dos armazones, uno anterior y otro posterior. 


 Tiene unos soportes auxiliares para los brazos y un cierre de seguridad para dejar sujetos los armazones y al paciente.



El paciente puede ser volteado gracias a un sistema giratorio, de forma que  puede permanecer en posición  supina o prona, facilitando el dificultoso trabajo de los cuidados enfermeros.

Más información y fuentes: