miércoles, 21 de noviembre de 2018

Una enfermera en la Batalla de Lopera. Novela. 2014.

Es una obra que aborda la historia de una enfermera, que desarrolla su labor en la Batalla de Lopera en 1936, en plena guerra civil española, así conocerá las duras condiciones de trabajo en el frente, el amor, el engaño, la maternidad y una vida azarosa que tendrá un desenlace feliz.
Con su lectura podrán conocer un poco más a fondo la vida en el frente de la guerra civil española en la provincia de Jaén, Andalucía, visto desde el prisma de Luisa Torres, una enfermera, que se verá desbordada ante el cruel panorama que presenta la batalla, viéndose inmersa en una guerra fratricida para atender a centenares de heridos y muertos en unas jornadas interminables. 
En el desarrollo de la narración, que se divide en dos relatos históricos llenos de acción, amor e intrigas políticas, se verán tratados con especial sutileza la falta de libertad de expresión, la presencia de la iglesia y la de la prostitución. 
Tapa blanda: 148 páginas
Editor: Editorial Círculo Rojo (1 de febrero de 2014)
 
Portada de la novela editada por Circulo Rojo. 2014.
Antonio Marín Muñoz nacio en Lopera en 1970, es licenciado en Derecho por la Universidad de Granada. En los últimos años ha participado en diversos congresos y jornadas de historia impartiendo distintas conferencias que han tratado sobre la Historia de España, y en especial sobre la Guerra Civil y la Posguerra Española.

Es autor de diversos libros de naturaleza histórica, entre los que destacan “La Guerra Civil en Lopera y Porcuna (1936-1939)”, “Vestigios de la Guerra Civil en Lopera”, “Asedio al Santuario de Santa María de la Cabeza (1936-1937)”, “Posguerra en Lopera (1939-1950)” y “La reconstrucción de la provincia de Jaén bajo el Franquismo (1939-1957)”. Su última novela “Los años difíciles en Jaén” ha sido editada en EE.UU.

Además, ha colaborado en distintos medios de comunicación escrita y revistas especializadas con diversos artículos de opinión, de historia, como de información general.
Contraportada de la novela. 
Sus últimos trabajos de investigación se han centrado en el tema de la Recuperación de la Memoria Histórica en la provincia de Jaén, Andalucía y resto de España. Forma parte de la Asociación Nacional de Historia Contemporánea.
Más información y fuentes:

viernes, 16 de noviembre de 2018

Enfermeras de la Gran Guerra. Pinturas de Charles Henry Tenré

El impacto de la Gran Guerra y la gran aportación de las enfermeras en los hospitales de campaña y en la retaguardia con la recuperación de los heridos, hizo que su labor fuera motivo de reconocimiento en diversos ámbitos como el militar, social, artístico, etc., como hemos podido ver en otras publicaciones de Divertimento Enfermero, en este caso el reconocimiento es el del pintor francés Charles Henry Tenré con estas preciosas pinturas. 

Enfermera de Hospital de Guerra. Henry Tenré. 1915.

Charles Henry Tenré fue un pintor francés,  nacido en 1864, creció en el rico suburbio de Saint-German-en-Laye y, a principios de la década de 1880, Tenre ya estaba estudiando en París en la Ecole des Beaux Arts. Fue una época de grandes cambios y oportunidades para un artista joven, con el rápido presencia en las galerías comerciales, que a su vez estaban ansiosas por representar a artistas talentosos y ofrecer exposiciones exclusivas para la burguesía emergente.
El período entre la guerra franco-prusiana y la Gran Guerra es conocido como La Belle Époque, un período en el que florecieron la moda y las artes. En 1883, comenzó a firmar sus pinturas con “Henry Tenré”, en lugar de usar su nombre completo, y a exhibir sus pinturas en la recién formada Societe des Artistes Francais, bajo la presidencia de William-Adolphe Bourguereau, la 'Societe 'estaba libre del control del gobierno. Henry Tenre dominó el arte de las imágenes de género tradicional con un contenido sentimental y haciendo énfasis en exuberantes vestidos, colores y texturas.

Enfermeras de la Gran Guerra. Henry Tenré. 1915
 Óleo sobre tabla 32,4 x 41,3 cm.

 

Durante la Gran Guerra realizó varios obras de temática bélica con protagonistas diversos pero de hondo calado como esta enfermera, en reconocimiento a su gran aportación. Algunas de sus pinturas se han reprodujeron en forma de grabados y postales, propio de la moda del momento, como es el caso de las obras que nos ocupa.  La Editorial Lapina, de Paris, estaba especializada en ese tipo de reproducción.  

The Surprise. Henry Terné.


Henry Tenré disfrutó tanto del éxito comercial como académico durante su vida: su trabajo fue reconocido con una mención en el Salon de Societe des Artists Francais en 1891 y nuevamente con una medalla de plata en 1911. En 1900, fue honrado con una medalla de bronce en la Exposición. Universelle en París y con el premio Legión de Honor. 
Henry Tenré también diseñó numerosos escenarios teatrales además de sus pinturas. Y continuó exhibiendo después de la Primera Guerra Mundial. Murió en París en 1926.

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domingo, 11 de noviembre de 2018

Enfermeros en la Gran Guerra.

Centenario del armisticio, 11 de noviembre de 1918. Fin de la guerra.

Fotos coloreadas testigos de la presencia de varones en la asistencia sanitaria a los heridos. Ahí estaban, en primera línea, en el frente de batalla. Las propias organizaciones de los diversos países, decidieron denominarlos de forma distinta, a veces con competencias distintas. Su labor era necesaria y allí estuvieron. Así es la historia.
Enfermeros atendiendo a los heridos. En el centro de la foto ya con vendaje en su brazo izquierdo, está un soldado con signos típicos en su rostro de shock de guerra.  
Tradicionalmente la Enfermería ha sido vista, incluso hoy, como una "profesión estrechamente ligada al mundo femenino". Es más, Florence Nightingale, personaje determinante para el desarrollo moderno de la profesión, opinaba que las manos de los hombres "no estaban adaptadas para tocar, bañar y vestir extremidades heridas". Su influencia caló tanto en la sociedad tradicional victoriana que, en el Reino Unido, el Royal College of Nursing, no "admitió hombres como miembros hasta 1960".

Auxiliares sanitarios atienden a heridos canadienses en una trinchera durante la Batalla de Courcelette, durante la ofensiva de Somme, a mediados de septiembre de 1916.
Sin embargo, repasando un poco la historia vemos como en la antigua Roma, los nosocomi, eran hombres que brindaban atención enfermera en hospitales. También estaban las órdenes religiosas que atendían a los enfermos y las órdenes militares de enfermería bien conocidas, como los Caballeros Hospitalarios, durante las cruzadas. Incluso en la propia Crimea, donde Florence Nightingale llevó a cabo su famoso trabajo organizando un servicio enfermero para los soldados británicos de la Guerra de Crimea en el hospital de campaña de Escutari consiguiendo mejoras sanitarias espectaculares, enfrentándose a los prejuicios de los médicos militares y a la pobreza de medios con que el ejército solía tratar a los soldados, el cuidado fue proporcionado en gran parte por ordenanzas masculinos.
Soldados heridos del Primer Batallón de fusileros de Lancashire, siendo atendidos en una trinchera cerca de Baumont Hamel en la mañana del 1 de julio de 1916.
Habiendo conseguido ser reconocida como profesión y con formación universitaria a lo largo de la primera parte del siglo XX, en una sociedad tradicional patriarcal, la enfermería se convirtió en una de las pocas carreras aceptables para mujeres fuera del hogar. De esta forma se mantenía el orden de género socialmente aceptado en el que el papel tradicional de la mujer se trasladó al ámbito hospitalario, y así las enfermeras permanecían en una posición subordinada con relación a los hombres, que eran los médicos.
Auxiliares sanitarios del cuerpo del Ejército Real vendando las heridas a los prisioneros, cerca de Wieltje. Batalla de Broodseinde. 5 de octubre de 1917.
Los hombres que quería estudiar y ser enfermeros no lo tenían fácil en principio pues, aunque los había, no solo eran una minoría sino que se modificaron ciertas normas y reglamentos para que los varones no pudieran acceder a esos puestos, apareciendo perfiles profesionales sanitarios más “acordes” con lo aceptado socialmente para el varón, y así aparecen  paramédicos, auxiliares sanitarios masculinos, practicantes u ordenanzas masculinos, según los distintos países u organizaciones a los que nos refiramos.
Soldados alemanes y británicos heridos son atendidos por auxiliares sanitarios británicos. Batalla de Amiens. 10 de agosto de 1918.
Resulta llamativo el caso norte americano dónde los hombres que ya desempeñaban un papel vital en el cuidado de los enfermos y heridos en la Guerra Civil Americana, se reorganizó el Cuerpo de Enfermeras del Ejército de los Estados Unidos en 1901 para que no se permitiera a los hombres servir como enfermeros. Norma que no fue modificada hasta 1955.
Enfermeros atendiendo a soldado britanico herido. 13.11.1916.
En el Reino de España a principios de del siglo XX la profesión, estaba dividida por sexos. Los varones denominados “practicantes” tenían competencias distintas a las enfermeras, aunque ya existían varias escuelas para enfermeras, no fue hasta 1915, cuando oficialmente se reconoció su formación curricular para todo el Reino. En 1957 se unificó la profesión bajo la denominación de Ayudante Técnico Sanitario, con la unión también de las Matronas. A pesar de ello su formación curricular mantenía ciertas diferencias por sexo.
Cuatro soldados auxiliares sanitarios. West York.
Desde 1980 con la Diplomatura Universitaria en Enfermería es cuando la enseñanza y prácticas clínicas son iguales para ambos sexos.

Hoy día la mayor parte de los profesionales de la Enfermería siguen siendo mujeres, en algunos sistemas sanitarios llegan a representar entre el 90 - 95 por ciento. En el caso español, la cifra está en torno al 85%, lo que demuestra que poco a poco hay más hombres que se decantan por la profesión.

A pesar de las campañas de sensibilización que han hecho los medios y los Gobiernos, la profesión sigue altamente feminizada por estereotipos falsos e infundados que todos tenemos en mente como, por ejemplo, "que es una profesión femenina o que muchos de los varones que la ejercen son homosexuales”. Para que seguir, los hay para todos los gustos.
Somos optimistas viendo la evolución histórica, y poco a poco son cada vez más los hombres que se decantan por estudiar Enfermería y que también se está produciendo un cambio de percepción de la profesión en la sociedad.

Más información y fuentes:

https://nurseslabs.com/men-nursing-like-1900s/

lunes, 5 de noviembre de 2018

La buena enfermera ofreciendo Aspirine du Rhône.

Contraportada del suplemento ilustrado del Le Petit Journal. 1925, de su nº 1779 de 25 de enero.
La ilustración presenta a una enfermera, rodeada personas mayores e incluso un menor, en su trabajo de información y entrega de Aspirina, el gran remedio de la época. Y a pie de página el siguiente mensaje:
"La lucha contra la ola de frío. El invierno sigue siendo duro y riguroso, pero gracias a la buena enfermera de Usines du Rhône y su benéfica aspirina, los más desafortunados pueden preservarse de los males que genera".
Hoy día la herramienta fundamental contra la gripe es la vacuna,  aunque también hay que aliviar la sintomatologia griposa o similar en quienes la padecen, y entre los recursos continua el mismo remedio.
“Le Petit Journal” fue un diario parisino publicado desde 1863 hasta 1944, siendo uno de los cuatro principales diarios franceses, ya en 1890 alcanzo el millón de unidades y cinco años después llegó a hacer tiradas de hasta dos millones, llegando a ser uno de los grandes diarios del mundo. Los domingos, el diario tenía un “Suplemento Ilustrado”, como es el caso que comentamos hoy.
Las horas bajas del diario comenzaron cuando su editorial ante el conocido caso Dreifus tomó partido en contra, comenzando a perder lectores de forma paulatina.

Para 1914 su tirada impresa disminuyó hasta 850 mil y en 1914 a 400 mil. En 1936, el diario se convirtió en el órgano oficial del Partido Social Francés, con el lema Trabajo, Familia, Patria, más tarde se convirtió en el lema del régimen de Vichy. A pesar de recibir el apoyo de muchas figuras notables, su declive continuó y, en 1937, la tirada fue de solo 150 mil.
Durante la Segunda Guerra Mundial su sede se traslado a Clermont-Ferrand en 1940. Recibió una subvención mensual del gobierno, pero ni así se pudo salvar, y finalmente termino cerrando en agosto de 1944.
Todas las copias de Le Petit Journal se almacenan en la Biblioteca Nacional de Francia - Gallica. Se puede acceder libremente Online.

Más información y fuentes: