Cuando se
detiene el corazón de un paciente, tener a mano un equipo de
reanimación puede suponer la diferencia entre la vida y la muerte. Por
este motivo, la experimentada enfermera Anita Dorr, desarrolló en 1968
un carro con varios cajones donde pudieran encontrarse fácilmente todos los útiles necesarios durante una emergencia.
Durante su trabajo en el área de emergencias, se ocupó
con la ayuda de sus compañeras en hacer una relación de todo el equipo
necesario para tratar a un paciente crítico, en parada cardiorespiratoria.
Realizado el listado de material y medicamentos que
serían necesarios en toda emergencia, con la ayuda de su esposo
John, construyeron un prototipo de madera pintada de rojo en el sótano
de su casa. El carro original tenía varios departamentos y ruedas para un
rápido desplazamiento hacia el lugar dónde se hallaba la emergencia. Lo
llamaron “el carro de Urgencias”.
Imagen del prototipo del carro de Anita Dorr. |
Tenía una distribución funcional, el material
para cabeza y cuello estaba colocado en el lado que estaría más cerca de la
cabeza del paciente (para la intubación, etc.). Los artículos para el
acceso venoso se ubicaban hacia los pies de la cama. Y finalmente los
medicamentos estaban en el medio. Además de un portapapeles. El carro resultó
tan popular que pronto se usó en todo el hospital y su idea corrió como pólvora.
Imagen del prototipo del carro de Anita Dorr. |
Los carros de hoy son un poco diferentes, hechos
de materiales que facilitan su limpieza para el control de infecciones y
provistos de suministros desechables. Se encuentran en todo el mundo. Tenerlos
debidamente abastecidos y actualizados con sello de uso, es un requisito básico
en toda acreditación.
Foto de Anita Dorr. |
Anita Dorr hizo otra contribución significativa a
la profesión. Fundó la primera asociación de enfermeras de emergencia en
EE.UU. Como graduada de la Escuela de Enfermería del Hospital EJ Meyer
Memorial, primero ocupó el cargo de supervisora de sala de
operaciones. Después de estar en el Cuerpo de Enfermeras del Ejército
durante la Segunda Guerra Mundial (alcanzó el rango de mayor), Dorr regresó a
la vida civil en Buffalo, Nueva York, y en 1960 se convirtió en la supervisora
del departamento de emergencias en el Memorial de Meyer. Según se cuenta lo
manejó de manera muy parecida a un regimiento militar.
Al principio reconoció que la enfermería de
emergencia era un tipo de enfermería especializada y que se necesitaba
continuar con la formación para lo que realizó gestiones con universidades,
compañías farmacéuticas y organizaciones profesionales, con el fin de conseguir
una formación especializada de los profesionales de emergencia. También fue determinante en la formación en 1970 de la Asociación Nacional de Enfermeras de Emergencias. Fue
nombrada la primera directora ejecutiva, cargo que ocupó hasta su muerte en
1972.
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