Viendo uno de los capítulos de la serie Ratched, tanto un médico como la propia enfermera Ratched realizan lobotomías, como en la foto, con menos problemas y protocolos que poner una vía periférica, podría parecer que todo era invención del guionista, pero no, hubo una época en la que la lobotomía fue celebrada como una cura milagrosa, descrita por médicos y medios de comunicación como "más fácil que curar un dolor de muelas".
Walter
Freeman demostrando su técnica de lobotomía transorbital en 1949.
Se calcula que se realizaron unas 40.000 lobotomías en USA, 17.000 en Reino Unido. En el Reino de España se hicieron las primeras en el año 1966, por los doctores Burzaco, del Servicio de neurocirugía del Hospital Ruber Internacional de Madrid, y López Ibor, desde luego con otra técnica que la de la foto, los primeros casos en el Hospital Clínico de Barcelona, siendo unas 360 personas las intervenidas. Por lo general se practicaban en pacientes con esquizofrenia, depresión grave o trastorno obsesivo compulsivo, pero también, en algunos casos, en personas con dificultades de aprendizaje o problemas para controlar la agresión. Si bien una minoría de personas experimentó una mejora en sus síntomas después de la lobotomía, algunas quedaron atontadas, incapaces de comunicarse, caminar o alimentarse por sí mismas. Pero la profesión médica tardó años en darse cuenta de que los efectos negativos superaban los beneficios y ver que los medicamentos desarrollados en la década de 1950 eran más eficaces y mucho más seguros.
Tras algunos intentos
previos, puede considerarse al portuguéz Antonio Egas Moniz como el
inventor de la lobotomía, este neurólogo recibió un Premio Nobel, tuvo una
carrera política de primer nivel siendo embajador en Madrid y Ministro de
Asuntos Exteriores. Su contribución a la medicina fue notable, incluyendo
la angiografía cerebral, una de las primeras técnicas de
neuroimagen. La importancia de Moniz quedó desfigurada por sus trabajos
con la lobotomía aunque estos están reseñados en la entrega del Nobel que entre
otras cosas se produjo "por su descubrimiento del valor terapéutico de la
lobotomía en determinadas psicosis". Moniz fue el primer presidente de la
Sociedad Española de Neurocirugía, la segunda del mundo. En 1939 un paciente
descontento le disparó produciéndole una parálisis que le obligó a usar silla
de ruedas de por vida.
El
colega de Freeman, el Dr. James Shanklin, preparando a un paciente para la
lobotomía transorbital. 1949.
Fue con Walter Freeman con quien la lobotomía alcanzó su máxima expresión. Ya se había observado que produciendo un agujero en el cráneo y rebañando el interior del lóbulo frontal, el paciente quedaba permanentemente sedado y los síntomas de agitación desaparecían y naturalmente todas las funciones cognitivas superiores asociadas a ese área cerebral. A Freeman le pareció que perforar el cráneo era a la vez muy invasivo, costoso y lento, de modo que refinó las técnicas previas para alcanzar la perfección de la lobotomía transorbital. La técnica consiste en introducir un punzón, al parecer la historia del picahielos es cierta aunque él desarrolló un eficiente punzón llamado orbitoclasto, por encima del ojo hasta llegar a la base del cráneo. Con un martillo se golpea el punzón de modo que el hueso encima del ojo cede con facilidad. Después se menea el punzón con energía lo que destruye el área cerebral por encima del ojo. Y ya está. El paciente debe de usar gafas de sol durante unos días para ocultar los hematomas alrededor del ojo. La técnica es tan bárbara como simple. La lobotomía siempre tuvo detractores, pero Freeman se convirtió en un fenómeno mediático en USA, invitando incluso a la prensa a sus operaciones y dejándose fotografiar en medio de las mismas.
Instrumentos
para lobotomías que pertenecieron a Walter Freeman.
Usando apenas 10 minutos por
operación, se lanzó a conquistar América montado en su
flamante lobotomóvil, cuando llegaba a un hospital, ya habían preparado a
los enfermos y él los operaba en serie, decenas de ellos en el mismo día,
también instruía a otros médicos que realizaron miles de operaciones. Él solo
realizó 2.500 lobotomías en 23 estados. Freeman lobotomizó a Rosemary Kennedy,
hermana del futuro presidente John F. Kennedy, a la edad de 23 años dejándola
incapacitada de por vida. Las operaciones se realizaban a menudo sin el consentimiento
del paciente y operó a varios menores de 18 años. En una época en la que no existía
ningún tratamiento para los enfermos mentales y en la que estos se hacinaban en
los psiquiátricos, los operaba y los mandaba a casa. Una de las veces en las
que fue criticado, extendió sobre la mesa un montón de cartas de
agradecimiento que recibía de los familiares. La licencia médica de
Freeman fue retirada cuando su último paciente murió de una hemorragia. Con la
llegada de medicamentos antipsicóticos, la lobotomía dejó de usarse para
siempre.
Más información y fuentes:
https://es.wikipedia.org/wiki/Lobotom%C3%ADa_cerebral
https://www.bbc.com/mundo/noticias-55879218
http://sinapsis-aom.blogspot.com/2011/06/lobotomia-el-picahielos-de-walter.html
https://www.abc.es/sociedad/abci-lobotomia-horrenda-practica-medica-201705311357_noticia.html
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