viernes, 12 de junio de 2015

Enfermera vacunando de viruela.

En estos días que se habla mucho de vacunas ¿Quién no recuerda, de los que tenemos cierta edad, la señal que quedaba y que todos llevamos, tras caer la costra que formaba la vacuna de la viruela?



Por cierto, enfermedad erradicada desde 1980, gracias a la vacuna ya que NO hubo nunca tratamiento especial para la viruela y las únicas formas de prevención eran la inoculación o la vacunación.


Reseña sobre la viruela y la vacunación:

La historia de la viruela ocupa una posición única en la salud humana y la medicina. La viruela es una de las enfermedades más mortales que conocen los humanos, y también es la única enfermedad que ha sido erradicada con la vacunación. Los síntomas de una infección típica de viruela comenzaban con una fiebre y un letargo de unas dos semanas después de haber estado expuesto al virus Variola major. Otros síntomas comunes eran: dolor de cabeza, dolor de garganta y vómito. En unos cuantos días, aparecían erupciones elevadas en la cara y el cuerpo, se formaban llagas dentro de la boca, la garganta y la nariz, y también crecían pústulas llenas de líquido; en algunos casos, estas pústulas se unían entre sí y abarcaban grandes zonas de la piel. Aproximadamente a la tercera semana de la enfermedad, se formaban costras que se separaban de la piel. El virus Variola minor provocaba una forma de viruela similar, pero mucho menos grave. La viruela se transmitía por un contacto cercano con las llagas o las gotitas emitidas por la respiración de una persona infectada. La ropa de cama o prendas de vestir contaminadas también podían transmitir la enfermedad. Un paciente seguía siendo infectocontagioso, hasta que la última costra se separaba de la piel. Por lo general, en la segunda semana de la infección morían aproximadamente un 30% de los casos de viruela del tipo Variola major. La mayoría de los sobrevivientes conservaba cierto grado de cicatrización permanente, que también podía ser extenso. Igualmente, podían surgir otras deformidades, como la pérdida de tejido labial, nasal y cartilaginoso, como resultado de las costras en las córneas, la persona infectada podía quedar ciega. La Variola minor era menos grave y provocaba menos estragos y muerte entre los infectados. Algunos cálculos indican que las muertes por viruela a nivel mundial durante el siglo XX sumaron más de 300 millones.

Una enfermera vietnamita de salud pública  en charla educativa con los niños antes de la vacunación como parte del Programa de Erradicación de la Viruela de la OMS

 (1966-1980). NLM # 101437271

Parece que por ciertas zonas de oriente y en el imperio turco ya se practicaba la inmunización mediante la variolización, es decir la inoculación de la viruela, técnica que consiste en hacer una incisión en la piel del individuo y ponerle el polvo de las costras de viruela, luego se le cerraba la incisión y se dejaba a la persona aislada de las demás hasta que la enfermedad le atacara de manera leve, hasta lograr su recuperación, posteriormente. La gente ha utilizado la vacuna contra la viruela desde que Edward Jenner en occidente probó su teoría a través de la inoculación con material de una llaga de viruela vacuna para proteger a una persona contra la viruela. Así en el médico valenciano Balmis persuadió al rey de España para enviar una expedición a América a propagar la recién descubierta vacuna de la viruela. Al mando de Balmis  y la enfermera Isabel Cendala encargada de un grupo de niños que en sus cuerpos transportaron la vacuna, El procedimiento de vacunación se basó en la transmisión humana de brazo en brazo camino, es decir, se conservaba en el brazo de un niño vacunado y se trasladaba a los 10 días a otros que aún estuviese sin vacunar. La expedición partió del puerto de La Coruña el 30 de noviembre de 1803 a bordo de una corbeta. De allí viajó a San Juan de Puerto Rico, Caracas, La Habana, Veracruz, otras ciudades importantes y la Ciudad de México. Actualmente en México, hay un premio nacional de enfermería con el nombre de la enfermera Isabel Cendala y una Escuela de Enfermería en Puebla. La vacuna llegó a lugares tan lejanos como a Texas en el norte y a Nueva Granada en el sur. Aunque no el propio Balmis, otros miembros de su expedición, entre ellos el médico Salvany, llevaron la vacuna a América del Sur, hasta Chile, y en esa época el territorio español más al sur en el Pacífico. En la Ciudad de México, Balmis le costó convencer al virrey, pero finalmente él y su hijo fueron vacunados. En septiembre de 1805 Balmis zarpó a bordo del Magallanes del puerto de Acapulco hacia Manila, capital de las Filipinas, y en 1806 volvió a España. En su viaje de regreso todavía difundió la vacuna por Macao, Cantón y en la isla de Santa Elena, posesión inglesa del Atlántico Sur. Fue la primera campaña masiva e internacional de vacunación

El trabajo de Jenner condujo a la producción y comercialización generalizadas de la vacuna contra la viruela. El uso exitoso de una vacuna contra la viruela condujo a la reducción gradual de casos de viruela. Después de campañas intensivas de vacunación en las décadas de 1960 y 1970, el último caso de viruela silvestre del mundo ocurrió en Somalia en 1977.

 

Más información y fuentes: 

Foto de publicación en Facebook coloreada por Divertimento con aplicación Colorize.


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