martes, 3 de diciembre de 2019

Una enfermera en el control de "terapia de frío".

Una enfermera soviética en el control de los bebés expuestos a la intemperie para una sesión de "terapia fría". Los partidarios de esta terapia perseguían con ello fortalecer el sistema inmunológico. Fotografía del año 1958.
Exponer el cuerpo a temperaturas frías como una forma de intentar fortalecer nuestro cuerpo, se ha utilizado en diversas épocas y culturas, entre ellas en la Unión Soviética, como experimento para conseguir un hombre nuevo y sano para la nueva sociedad comunista que perseguían sus líderes.


Una enfermera soviética en el control de los bebés expuestos a la intemperie para una sesión de "terapia de frío".

Actualmente, la terapia de frío ha ganado una gran popularidad, y según sus partidarios, está vinculada a numerosos beneficios para la salud. Algunas personas, incluidos atletas profesionales, culturistas y celebridades, incluso confían en la crioterapia de todo el cuerpo. Este tipo de terapia se caracteriza por permanecer de pie en un recipiente sellado durante un corto período de tiempo, mientras circula aire extremadamente frío por todo el cuerpo. Como la crioterapia de cuerpo entero es relativamente costosa y no está ampliamente disponible, métodos como el Wim Hof ​​proporcionan una alternativa asequible. Puede practicar el método desde la comodidad de su hogar, dándose una ducha fría, para que pueda comenzar a cosechar los beneficios de la terapia corporal fría.
Cuando en tu vida cotidiana, día tras día evitas el esfuerzo, y no exiges a tu cuerpo hacer algo fuera de lo habitual, tu capacidad de adaptarte se atrofia, volviéndote débil y enfermizo. La adaptación es como un músculo, si se ejercita, se vuelve más fuerte.  La mejor prueba son las terribles consecuencias del sedentarismo es una acumulas grasa y que tu sistema inmunitario se resiente. Literalmente, sentarte hace que vivas menos, y más posibilidades de enfermar. Lo mismo ocurre con el frío. Si no pasas frío, tu cuerpo no está preparado para la más mínima adversidad.
En EEUU se están poniendo de moda los spas que ofrecen congelarte durante un rato como alternativa a la sauna. La gente paga por unos minutos a -140 grados con la esperanza de mejorar su salud, curar el insomnio y perder peso.
A pesar de que parece una moda pasajera, los efectos del frío sobre el sistema inmunitario se han probado en laboratorio, en un experimento en el que los voluntarios pasaban dos horas sentados en una cámara a 5 grados después del ejercicio o un baño caliente, comprobando que aumentaban el número de células que nos protegen de las enfermedades. 
Wim Hof en uno de sus exposiciones al frío.

Uno de los profetas del frío es Wim Hof, un energético holandés de 58 años que viajó al Polo Norte para batir el récord mundial, aguantando la respiración bajo el hielo durante seis minutos y 20 segundos. También corrió una media maratón en el círculo polar a -35 grados, descalzo, y vestido solo con un pantalón corto.
Wim Hof sostiene que no estamos hechos para el confort. Nuestros antepasados pasaban hambre, frío y sufrían durante largas caminatas a la intemperie. Hoy, mientras pasamos día tras día sentados con una temperatura perfecta, nuestro sistema inmunitario se queda sin trabajo, y en ocasiones se vuelve loco, atacando a nuestros tejidos sanos con enfermedades autoinmunes e inflamación crónica. La exposición controlada al frío activa el sistema nervioso simpático, regulando la respuesta inmunitaria y reduciendo la inflamación.

Más información y fuentes:
https://www.webconsultas.com/curiosidades/metodo-wim-hof-como-controlar-nuestra-respuesta-inmune

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