martes, 16 de marzo de 2021

Enfermera ofreciendo agua de Coslada. Año1930.

En los reclamos comerciales los ilustradores y publicistas, siempre se han servido de figuras con rol social que aporta seguridad y confianza, en éste caso una enfermera, pues si con toda su experiencia y su dedicación ayuda a los pacientes, ofrece agua depurativa, debe ser segura para la salud.

Enfermera ofreciendo agua de Coslada. Año1930.
Publicidad de Aguas de Coslada, purgantes y depurativas.

Dimensiones 32 x 47,2 cm 

A finales del siglo XIX y durante las primeras décadas del siglo XX, las aguas purgantes de fuentes españolas, en las que predominaba el sulfato de sodio, al contrario que en las centroeuropeas, ricas en sulfato de magnesio, contaron con un gran mercado, tanto en la propia España como especialmente en Francia, llegando a alcanzar lugares tan distantes como Nueva Zelanda. Los grandes beneficios económicos potenciales dieron lugar al aprovechamiento de todo tipo de “manantiales”, a guerras publicitarias, fraudes en los análisis y en la utilización de sales ajenas para “fabricar” el agua mineral. Con los avances de la medicina y los cambios en la legislación, la mayoría de las empresas de aguas purgantes desaparecieron, dejando en algunos casos interesantes restos arquitectónicos y un destacable repertorio de materiales publicitarios, en algunos casos de notable valor cultural. El efecto laxante o purgante, según las dosis, del sulfato de sodio y del sulfato de magnesio se conoce desde hace siglos. 

A finales del siglo XIX y principios del XX, el uso sistemático de las aguas minerales purgantes y ricas en sales, gozo de gran popularidad entre los habitantes de muchos países europeos, particularmente de los franceses. La purga al llegar la primavera, para “depurar el organismo”, se había convertido casi en un acontecimiento social. Las aguas purgantes más populares y acreditadas procedían de Budapest, en Hungría, orilla occidental del Danubio, también eran famosas algunas aguas de Austria, Alemania y Suiza.

Imagen de enfermera ofreciendo el agua de Coslada y nota informativa. 

En el Reino de España hubo varias y muy conocidas. El caso que nos ocupa aquí es el de “La Maravilla”, de Coslada, (Madrid), el agua purgante se descubrió en 1865 en este municipio, al excavar un pozo para obtener agua para usos agrícolas en una finca situada a aproximadamente 1 km de la estación de San Fernando de Henares, en dirección al pueblo Real Sitio de San Fernando de Henares, a la izquierda de la carretera, en una zona que hoy está totalmente urbanizada. Sus propietarios obtuvieron la declaración de utilidad pública ya en 1867, durante bastantes años se extrajo solamente a pequeña escala, sin que al parecer se distribuyera comercialmente como agua mineral con una marca diferenciada, aunque si posiblemente se vendió bajo otra marca que contaba con manantial propio y más demanda que capacidad de extracción. A principios del siglo XX, el manantial, realmente un pozo de 17.6 metros de profundidad, fue adquirido por Perfectino Vieitez, que instalo una bomba de extracción y depósitos, encargando el análisis del agua al Instituto de Sueroterapia, Vacunación y Bacteriología de Alfonso XIII. El hecho de que en junio de 1903, cuando se realizó el análisis, el director fuera Santiago Ramón y Cajal, que aprobaba con su visto bueno. El informe realizado por German Cerezo, el jefe de la sección de química, proporciono a sus dueños un valiosísimo argumento propagandístico. Su publicidad, haciendo referencia a que había sido analizada por Ramón y Cajal, apareció en diversos periódicos a lo largo de las primeras décadas del siglo XX. Como ya se ha indicado, el mercado francés era muy importante para este tipo de aguas minerales, por lo que en 1913 su propietario presento en ese país la solicitud para que se autorizara su comercialización, que fue examinada por la Academia Nacional de Medicina de Paris. Dado que los datos de composición aportados concordaban con las muestras, la comisión de estudio propuso su autorización en Francia por 30 años, siempre y cuando se embotellara en origen. En 1914, la finca, junto con el pozo de agua y las instalaciones, paso a ser propiedad de Alejandro Lerroux, político español sobradamente conocido, que a finales de la década de 1920 intento crear una sociedad para explotarla a gran escala. Aunque finalmente no consiguió su propósito, esta agua mineral se siguió comercializando durante la década siguiente, manteniendo su publicidad basada en la figura de Ramón y Cajal, e incluso haciéndola más incisiva. Según ella, este científico no solamente había “analizado” el agua, sino que también la “recomendaba”. La recomendación no era estrictamente falsa, dado que en el análisis de 1903 con el visto bueno de Ramón y Cajal se indicaba que dada su composición, y el efecto de otras análogas, estaba “indicada especialmente para el tratamiento del estreñimiento”.

Nota publicitaria informativa.

La frase publicitaria “La Maravilla”, aguas minerales naturales de Coslada, no es un purgante más, es el mejor, analizadas y recomendadas por el Doctor Ramón y Cajal, atribuida a un anuncio de radio, está recogida en la novela San Camilo1936, de Camilo José Cela.  

 Más información y fuentes:

 https://www.igme.es/Boletin/2013/124_3/8_ARTICULO%207.pdf

https://apps.nlm.nih.gov/exhibition/digitalgallery/index.cfm?action=browse&view=detail&asset=236&selected=B

https://www.alamy.es/publicidad-aguas-de-coslada-purgantes-y-depurativas-anos-1930-image231217783.html

https://www.todocoleccion.net/coleccionismo-carteles-pequenos/aguas-minerales-naturales-purgantes-coslada-fabrica-bicicletas-anonima-iberia-barcelon-hoja-ano-1928~x152634038#sobre_el_lote



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