ENFERMERA examinando el pelo de una emigrante.
Durante la gran oleada migratoria de europeos a Estados Unidos a comienzos del siglo XX, buscando una vida mejor que la que tenían en sus países de origen, fundamentalmente lo hacían en barco y a su entrada, controlada en la isla de Ellis, a los de tercera clase, se les mantenía en cuarentena y pasaban un examen, por el Servicio de Salud Pública, entre otras intervenciones se les fumigaba la ropa y una enfermera examinaba concienzudamente a mano el pelo de los emigrantes para ver si portaban parásitos.
La población y políticos de EE.UU estaban divididos
respecto a la entrada de tantos emigrantes, en 1907 un millón llegó a la isla
de Ellis, fundamentalmente con relación a los más pobres, que llegaban en los barcos en
tercera clase y eran a los que se les ponía trabas.
En dos islas adyacentes a la de Ellis se construyeron
hospitales expresos para internar a los emigrantes, evidentemente más preocupados por la salud de
los habitantes estadounidenses que por la propia de los emigrantes, pero
gracias a ello se prestaba ayuda a la población emigrante. Hoy día cien
millones de ciudadanos de aquel país pueden trazar las raíces de sus antepasados a la isla de Ellis.
Durante los años de la emigración más de 300 bebés nacieron
mientras sus madres estaban internadas, durante ese tiempo las enfermeras les impartían
clases de nutrición, higiene personal y cuidados del bebé sano. Los niños más
mayores ingresados en hospitales, eran atendidos por voluntarios de la Cruz Roja, que les leían libros de la propia biblioteca del
Hospital y les daban clases de inglés, para estar más preparados a su entrada a
su nuevo país.
Más información:
http://niemanreports.org/articles/whats-old-is-new-again/
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