La Primera Guerra Mundial cambió mapas, destruyó imperios y
dejó más de nueve millones de muertos. El 28 de junio de 1914 Gavrilo Princip
asesinaba al heredero del imperio Austrohúngaro, la situación política se fue
deteriorando y un mes después comenzó la Guerra, también conocida como Gran
Guerra, focalizada principalmente en Europa, que comenzó el 28 de Julio,
tal día como hoy, de 1914 y finalizó el 11 de noviembre de 1918. El mundo
dejaría de ser el mismo.
Enfermera asomada en ventana de hospital de campaña. |
Cuando terminó la guerra, la mayoría de
ellas dejaron el servicio, pero algunas de las más aventuradas viajaron hacia
otras guerras.
Las que regresaron llegaron a sitios donde
quedaban pocos hombres. Fue esa pérdida enorme de cientos de miles de jóvenes
varones en Francia, Bélgica, Reino Unido, además de Rusia y, por supuesto,
Alemania, lo que facilito o ayudo en parte la lucha por la igualdad y la
extensión del sufragio a las mujeres.
Soldado herido perteneciente a los Black Watch - Royal Highland Regiment recibiendo los primeros cuidados en la enfermería. Bethune - Francia. Abril de 1918. |
La guerra produjo problemas sanitarios que
difícilmente se conocían en la vida civil y que los médicos y enfermeras no
habían experimentado antes. El más común fue la infección de las heridas,
cuando los hombres acribillados con balas de metralletas quedaban con trozos de
uniforme y barro contaminado de las trincheras que se propagaban hacia su
abdomen y sus órganos internos. No había antibióticos, por supuesto, y los
desinfectantes que se utilizaban eran rudimentarios e insuficientes.
Enfermería a poca distancia del frente de batalla. |
Según Christine Mallet en su amplio
estudio de investigación sobre la enfermería en la Primera Guerra Mundial, en
su libro, Veiled Warriors ("Guerreras con Velo"), habla de cómo en el
frente ruso se usaron medidas con frecuencia muy radicales, como cubrir las
heridas con yodo o sal, se vendaba con firmeza al cuerpo y la víctima aún tenía
que ser transportada muchos kilómetros hacia los hospitales de guerra.
En Reino Unido se hicieron muchos
esfuerzos para tratar las heridas infectadas, pero miles de soldados murieron a
causa de tétanos o gangrena antes de que fuera descubierto un producto sanador
efectivo. Hacia el fin de la guerra comenzaron a surgir algunas soluciones eficaces,
aunque también portaban grandes peligros. Una de ellas fue la transfusión
sanguínea, que se llevaba a cabo conectando una sonda entre el paciente y el
donante: una transferencia - transfusión directa.
Enfermeras atendiendo a soldados heridos y en una intervención quirúrgica. |
Durante el
enfrentamiento bélico de la Gran Guerra, en el bando aliado y en concreto en el
Reino Unido, el principal cuerpo de enfermeras profesionales era el Servicio de
Enfermería Militar Imperial de la Reina Alexandra (QAIMNS). Había sido fundado
en 1902, en la época de la guerra de los Bóeres, y en 1914 tenía menos de 300 miembros. Al fin de la guerra,
cuatro años después, contaba con 10.000 enfermeras. Además, otras
organizaciones formadas anteriormente tenían como propósito principal el
cuidado de los miembros de las fuerzas armadas, como por ejemplo el Cuerpo de
Caballería de Enfermería de Primeros Auxilios creado en 1907.
Grupo de militares en la puerta del Hospital de Arroios de Lisboa. |
Debido a que el ejército británico se
oponía abiertamente a la participación de las enfermeras militares, con
excepción de las de QAIMNS, las primeras voluntarias británicas se vieron
obligadas a servir con las fuerzas francesas y belgas. Muchas de ellas
pertenecían a familias de la aristocracia o eran sus sirvientas. Eran mujeres
poderosas que dirigían grandes familias y grandes propiedades tenían gran
experiencia en la administración de sus grandes casas y no tuvieron problemas
en hacerse cargo de un hospital militar. Su confianza en sus propias
capacidades era impactante. La más famosa de estas mujeres fue la duquesa de
Sutherland, apodada Meddlesome Millie (la entrometida Millie).
Enfermeras asistiendo a herido antes de entrar en el vagón-enfermería. |
En la primavera de 1915 debido a la enorme
y sangrienta ola de víctimas se vieron desbordadas debido al gran número de
heridos, incluso los más altos oficiales del ejército británico se rindieron
ante ellas, dada la presión del momento y el firme compromiso que habían
demostrado.
En esa etapa de la guerra los
dirigentes políticos comenzaron a invitar a las mujeres a participar en apoyo a
los ejércitos de diversas formas y funciones, entre las que se contaba la
enfermería. El número aumento enormemente ya que miles de jóvenes de hogares de
clase media con experiencia en el empleo doméstico, pocos conocimientos
sanitarios, en total ignorancia de anatomía y el cuidado de heridos de guerra,
se ofrecieron como voluntarias y pronto fueron colocadas en funciones en
hospitales militares.
Grupo de enfermeras con los uniformes de la Cruz Roja. |
La imagen y los uniformes de la Cruz Roja eran
románticos, pero el trabajo en sí mismo era agotador, no tenía descanso y en
ocasiones resultaba repugnante y su estatus en la sociedad era poco más alto
que el de las empleadas domésticas, estaban muy mal remuneradas. Tenían
principalmente la función del aseo doméstico, la limpieza de pisos, el cambio
de sábanas y el vaciado de bacinillas, y sólo en etapas posteriores de la
guerra se les permitió que cambiaran vendajes o administraran medicamentos.
Grupo de enfermeras asistiendo junto a la tropa a una misa de campaña. |
En muchos casos, no fueron recibidas con
agrado, pues las enfermeras profesionales, que luchaban por algún tipo de
reconocimiento con estudios y prácticas apropiadas, temían que esa enorme
invasión de voluntarias no cualificadas socavara sus esfuerzos. Las relaciones
entre las enfermeras profesionales y las asistentes voluntarias se reducían a
una rígida e inquebrantable disciplina. El clima de la vida en la enfermería
era muy severo. A pesar de las difíciles condiciones en hospitales de campaña,
en trenes, chozas, etc., los soldados fueron atendidos, consolados y cuidados,
a menudo con enorme riesgo para las propias enfermeras. Más de 200 enfermeras
en el Servicio del Ejército británico perdieron sus vidas en la guerra. Las
posibilidades que un soldado tenía de sobrevivir a las heridas eran mínimas sin
la ayuda y abnegada dedicación mostrada por estas VALIENTES mujeres.
Hospital del Ejército de Estados Unidos en Francia. Fotografiadas por PAUL THOMPSON para National Geographic |
Enfermeras estadounidenses con máscaras
de gas en una línea del frente durante la Primera Guerra Mundial.
Estas imágenes nos muestran las duras
condiciones de trabajo en la Gran Guerra. Las enfermeras realizaron su
labor siguiendo fundamentalmente
el modelo británico. Más de 400 enfermeras militares estadounidenses murieron
en servicio, casi todas de la “gripe española”, epidemia que se extendió por
los atestados campamentos militares, hospitales
y puertos de embarque.
Las imágenes coloreadas
con técnicas actuales por Henrique Mart, tomadas de la publicación de la Liga
de los Combatientes portugueses (LC).
La Liga de los
Combatientes (LC) fue fundada en 1921 por los combatientes portugueses de la I
Guerra Mundial, y oficializada en 16 de octubre de 1923, con el espíritu de
fraternidad, defender sus intereses y ayudar a los inválidos de guerra, viudas
y huérfanos.
Más información:
http://es.wikipedia.org/ wiki/Primera_Guerra_Mundial
http://www.bbc.co.uk/ mundo/noticias/2014/04/ 140404_primera_guerra_mundi al_enfermeras_finde_men.sh tml
http://www.ligacombatentes.org.pt/http://www.bbc.co.uk/
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