jueves, 14 de julio de 2016

Enfermeras militares lanzando un beso.

 En plena II Guerra Mundial y ante la adversidad, la actitud ha de ser siempre POSITIVA.

Para aquellos que piensan que eso de lanzar besos es cosa de ahora en el Facebook y de las autofotos con la cámara de los teléfonos móviles. Ahí tenéis a éstas enfermeras militares, adelantadas a su tiempo, como casi siempre. 

Sea con el nombre que sea, autofotos /selfies, hay una cosa clara y es que   han existido desde que nació la fotografía. Antes ya había otros recursos como los dispositivos de disparo automático o, algo más simple, pedirle a otra persona que nos hiciera la foto. El aumento de autorretratos y la expansión de esta moda, está teniendo efectos sociales de todo tipo, incluso peligrosos como accidentes con graves resultados, hasta con muertes, y otros como las operaciones de rinoplastia que han aumentado hasta un 15%.

Según Jorge Planas, director médico de la Clínica Planas, tiene mucho que ver con la propagación de las selfies. “Este tipo de fotografía refleja mucho más las dimensiones de nuestro cuerpo, también de la nariz, por lo que ha existido mucho más demanda”.  El cirujano plástico deja claro que es importante “saber valorar cuando tienes que aconsejar que el paciente no se opere, ya que muchas veces los complejos sólo están dentro de la cabeza”, por lo que admite que “de las personas que han venido con esta demanda, a consecuencia de las fotografías, descarto más que el resto”, y avisa que “las fotografías distorsionan muchas veces la realidad”. 

Entonces, ¿por qué el autorretrato se ha convertido ahora en un fenómeno social? Todo apunta a que hay dos factores claves en el impulso de esta modalidad fotográfica: la facilidad implícita en las nuevas tecnologías y la posibilidad de exposición y exhibición posterior a través de las redes sociales. Según Ferran-Ramon Cortés, “esta facilidad ha hecho que muchas personas se enganchen a las selfies y vayan por el mundo haciéndose fotos en cada momento”. Para el comunicador, “no es tan significativo hacerse autofotos en sí como el uso posterior de exposición en redes y difusión”, algo que, según el propio Cortés, “sí que refleja un claro egocentrismo y/o exhibicionismo. De alguna manera, antes los autorretratos eran materia personal y ahora es material social, y esto sí que indica un comportamiento que puede resultar patológico”. 
La psicóloga de PSIGMA, Anna Perelló, cree que hay que darle un poco más de tiempo al fenómeno para hacer una valoración psicológica de esta moda: “Es una tendencia que va en consecuencia con la tendencia de demostrar que estás y poder guardar ese momento”. Para Perelló, uno de los factores claves de la expansión de las selfies es que “potencia mucho más nuestra autonomía y libertad, ya que no necesitas la ayuda de nadie más para ejecutarla”. La psicóloga cree que una segunda variante a tener en cuenta es la posterior exhibición de la fotografía: “Hablamos de un tipo de retratos que, en ocasiones, no son ni bonitos, simplemente son fotos destinadas a mostrarse a los demás, hay una necesidad clara de compartir”.
Rafael Santandreu, psicólogo autor del libro Las gafas de la felicidad , piensa que no hay que demonizar la moda de las selfies, y señala que “el problema es el uso que tú haces de ese tipo de fotografía”. Para el terapeuta, el autorretrato tiene un punto muy positivo ya que “captar los momentos de alegría con las personas queridas y darles la importancia que se merecen es un buen ejercicio zen y de apreciación”, aunque también alerta que “se convierte en un peligro en el momento en el que las hacemos por puro endiosamiento personal”. Por su parte, Ferran-Ramon Cortés cree que un autorretrato es más viral actualmente que otro tipo de fotografías porque “tiene que ver con la excepcionalidad de las situaciones y nos pone como protagonistas del evento o la situación que estamos viviendo”. 

Fuente de la foto y más información:




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