domingo, 12 de diciembre de 2021

Enfermeras con gafas de protección administran de Luz Finsen. 1900.

Ya los médicos de la Grecia clásica decían que sus enfermos se podían beneficiar de la exposición moderada a la luz solar. Avicena, médico persa, en el siglo X comentaba los beneficios que reportaba tomar el sol con moderación. A mediados del siglo XVIII, fueron médicos franceses quienes pudieron comprobar los efectos beneficiosos del sol en enfermos con infecciones de piel. A partir de entonces se potenció las estancias en los balnearios, en los que se anunciaban los beneficios de la luz solar, siempre que el exceso no echara por tierra los beneficios reales que los baños de sol moderados. Aunque no sería hasta finales del siglo XIX cuando el médico danés Finsen alcanzó la fama por sus investigaciones sobre los efectos fisiológicos de la luz con enfermos de viruela al someter las lesiones a radiaciones lumínicas rojas, evidenciando así que los rayos de luz de este color ayudaban a mejorar las lesiones de los pacientes. Halló así las propiedades estimulantes de los rayos violeta y ultravioleta e ideó una lámpara eléctrica de arco voltaico, conocida como luz o lámpara de Finsen, y al tratamiento finsenterapia. Tras su éxito Finsen dirigió una pequeña clínica basada en sus propias investigaciones y fue reconocido con el premio Nobel, a pesar de que Finsen no pudo dilucidar si la mejoría era debida a la acción bactericida o al propio efecto de los rayos ultravioleta sobre los tejidos. La finsenterapia supuso un gran avance terapéutico y sentó las bases de la moderna fototerapia.

Enfermeras, protegidas con gafas para la luz ultravioleta, en el control de la finsenterapia. Instituto Finsen, aproximadamente 1900. 

Niels Ryberg Finsen  (1860-1904), fue un médico natural de las islas Feroe, se interesó por el  efecto benéfico de la luz solar para mejorar o aliviar ciertas dolencias. La mejoría que la exposición al sol producía en las lesiones cutáneas producidas por la viruela, por ejemplo, ya era conocida. El progreso de las ciencias físicas a finales del siglo XIX permitió analizar las causas de este efecto beneficioso y aplicarlo de forma selectiva y científica. eran los primeros pasos de lo que posteriormente ha terminado siendo la fototerapia. Finsen estudió y aplicó los efectos de la luz sobre ciertas lesiones, de tal modo que en esta época a éste nuevo tratamiento no se le llamó fototerapia, sino finsenterapia. La primera fuente de luz fue para Finsen el sol. Observó que los pacientes de viruela mejoraban al exponerse moderadamente al sol, pero empeoraban si se exponían durante largo tiempo. Estudió entonces la composición de los rayos solares y pudo demostrar que la banda de luz ultravioleta tenía efectos negativos sobre la viruela, mientras que la luz infrarroja era beneficiosa. A partir de 1894, propuso el tratamiento de la viruela mediante filtros de luz. 

Enfermeras con gafas de protección administran el tratamiento de Luz Finsen en el London Hospital. 1900.


Más tarde observó que en cambio, el lupus vulgar, de origen tuberculoso, mejoraba precisamente al exponerlo a la luz ultravioleta. Al principio, concentraba la luz solar mediante lentes, eliminando la radiación infrarroja mediante filtros absorbentes (una solución amoniacal de sulfato de cobre). Posteriormente intentó usar sólo la luz ultravioleta, reemplazando las lentes de cristal por lentes de cuarzo. Los frecuentes casos de lupus vulgar, de origen tuberculoso, le parecieron particularmente indicados para aplicar su técnica pues, por una parte es sabido que el lupus vulgar está causado por el bacilo tuberculoso, que es una enfermedad local y con frecuencia bastante superficial y por otra parte es conocido que la luz es capaz de matar los bacilos tuberculosos.

La lámpara de Finsen fue inventada por el danés que lleva su nombre para el tratamiento de diversas afecciones por medio de la radiación ultravioleta. Fue empleada para casos de raquitismo y enfermedades dermatológicas.


Finsen dirigió una pequeña clínica de fototerapia, basado en sus propias investigaciones. Publicó sus resultados preliminares en 1897. La gran incidencia de casos de tuberculosis cutánea que se registraban en aquel momento y para los que no existía en aquel entonces ningún tratamiento eficaz,  hizo que este trabajo fuera acogido con gran expectación. Cuando asistió al Congreso Internacional de  Dermatología de París en 1900 para comunicar una experiencia más amplia, fue acogido casi como un héroe. En 1903 le otorgaron el Premio Nobel de Medicina, como padecía una pericarditis constrictiva crónica,  no pudo ir personalmente a recoger el premio, y comentó cuando se lo comunicaron: "Me lo han dado este año porque el año próximo ya será muy tarde". Y efectivamente, el año siguiente falleció a los 44 años de edad.  A pesar de que Finsen no pudo dilucidar con exactitud si la mejoría de los enfermos era debida a la acción bactericida o al propio efecto de los rayos ultravioleta sobre los tejidos, la finsenterapia constituyó un gran avance terapéutico y sentó las bases de la moderna fototerapia.

Más información y fuentes:

https://www.hidden-nature.com/niels-ryberg-finsen-fundador-de-la-fototerapia/

https://www.historiadelamedicina.org/finsen.htm

http://xsierrav.blogspot.com/2016/10/finsen-y-la-curacion-por-la-luz.html

https://www.nlm.nih.gov/exhibition/picturesofnursing/exhibition2.html

https://twitter.com/cateterdoblej/status/1063785695498649602/photo/1

 

 



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