miércoles, 27 de junio de 2018

La enfermera del "Silencio Hospitalario".

Cuando se habla de las enfermeras, lejos del ambiente sanitario, una de las imagen que muchas veces viene a la mente de la  gente, es la de una enfermera sugiriendo silencio con su dedo. Su cara, su gesto, ha acompañado a miles de personas en la alegría de un nacimiento, la espera en la sala de un quirófano, y también en el dolor del final de una vida. Por todo el mundo, "La enfermera del cuadro" o del "Silencio Hospitalario".
La famosa foto de la enfermera del "Silencio Hospitalario".
Esta imagen que ha presidido hospitales, clínicas, maternidades, etc., es el rostro que se volvió un icono por más de cincuenta años y que aun hoy sigue presidiendo más de una sala de espera o pasillo de hospital. Su gesto es más que elocuente: un dedo índice sobre los labios. Shhhh. Silencio.
Portada de la revista Paralelo 38. 
Una orden suave, nada autoritaria, que pide crear en las salas de espera un ambiente sereno, apenas un murmullo, a pesar de la ansiedad, de la euforia, de la desesperación, de las protestas. 
Una imagen que corrió de sala a sala, de hospital a hospital y de uno a otro país. La primera en Argentina, en blanco y negro, y con el paso del tiempo y la popularidad, al color y a distintos países , con modelos distintas.
Esta es la imagen que había en el puesto de control en mi Centro cuando fui estudiante en prácticas. 
Pues bien, según parece, haciendo un rastreo, la historia de la foto revelada por la desaparecida revista argentina “Paralelo 38”, fue de un tal Juan Craichik, jefe de visitadores médicos de la empresa "Taranto", fábrica de instrumental y laboratorio.
El hombre reveló en una entrevista de la revista que la idea se le ocurrió en 1953, mientras visitaba por su trabajo un hospital de Rosario. "La sala estaba atestada, y cada tanto una enfermera pedía, sin éxito, silencio. Entonces se me ocurrió crear una imagen elocuente que cumpliera la misma función".
Una foto actual de enfermera sugiriendo silencio.
Presentó el proyecto en su empresa, lo aprobaron, convocaron a varios modelos y ganó Muriel Mercedes Wabney, una modelo profesional.

De occidente a oriente.
¿Qué se tuvo en cuenta para elegirla? Craichik explicó que "su cara era distinta, suave, armoniosa, de mirada dulce…, autoritariamente dulce".
La sesión fotográfica duró toda una tarde. El autor de la idea dijo que la empresa "Taranto" no se lucró con la distribución mundial de esa imagen: "la regaló a hospitales, maternidades, clínicas, etcétera".
Ha traspasado culturas.
En cuanto a Muriel, rara vez aceptó hablar públicamente, dijo que era casada, que no tenía hijos, y negó confesar cuánto le pagaron por la foto y su multiplicación ad infinitum…: casi tan enigmática como su anónima cara impartiendo silencio.
Con diferente color de piel.
Como modelo trabajó para firmas internacionales, entre otras para Ducilo, una empresa y marca de telas, para el modisto Jean Cartier y su programa "El arte de la elegancia", y en un desfile paseó los vestidos que usó Linda Darnell en el film "Por siempre ámbar" de Twenty Century Fox, 1947, dirigida por Otto Preminger, aunque todos la recordaremos siempre por habernos mandado callar alguna vez.
Como se ve ha sido tan popular que se ha utilizado incluso fuera del tema sanitario.


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