Unos
días después de que una joven de 17 años falleciera tras un shock tóxico ocasionado
por un tampón, la prensa francesa se ha hecho eco del caso de Sandrine
Graneau, a la que tuvieron que amputarle varias extremidades a causa
de una infección similar. Una dolencia que, según adelanta Le Parisien,
habría sido originada por una copa menstrual, un recipiente que se inserta
en la vagina para depositar el flujo menstrual.
La
afectada, de 36 años, ha explicado que ha dado a conocer su historia con el
objetivo de concienciar a la población femenina de que la copa menstrual
también puede producir shock tóxico. De hecho, ha creado una asociación -Dans
mes baskets- para este fin, así como para sensibilizar sobre lo que es vivir
con una discapacidad. Y es que Sandrine Graneau, enfermera de
profesión, en pocos días perdió los pies y 18 falanges de los dedos
de las manos.
”Cuando
escucho que la infección está relacionada con un mal uso de copas y tampones
por parte de las mujeres me desanima ya que la información que se nos brinda no
es clara. Según el fabricante, está escrito en las instrucciones que las copas
se pueden llevar puestas 4, 6, 8 o 12 horas ¿Por qué no se indica un tiempo de
uso claro y ordenado?”, ha comentado. Por su parte, la agencia de seguridad
sanitaria Anses ha exigido que se ofrezca a las mujeres “información más
clara”.
Los
hechos se remontan al pasado mes de abril cuando Sandrine utilizó una copa
menstrual, que no recuerda cuánto tiempo llevó puesta. Por la noche, empezó a
sufrir dolores leves que, más tarde, se fueron intensificando, por lo que
decidió acudir a urgencias, donde dedujeron que sufría cálculos renales.
Sin embargo, a la mañana siguiente la tensión le bajó tanto que una ambulancia
tuvo que recogerla en casa para llevársela al hospital. En esta ocasión el
médico le diagnosticó shock tóxico porque, según explica la afectada, tenía la
cara roja.
“No
son tanto las bacterias las que son peligrosas como el daño que causa a los
órganos. La toxina se propagó a mis riñones, mis pulmones, mi hígado”, explica
Sandrine, madre de tres hijos –el menor tiene cinco años-. La mujer estuvo
ingresada tres semanas en cuidados intensivos durante las que, además de perder
los pies, le fueron amputadas 18 falanges de las manos.
Actualmente,
Sandrine está aprendiendo a caminar con prótesis de pies.
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