viernes, 10 de abril de 2020

Enfermeras atendiendo a pacientes. Gripe rusa. 1890.


La gripe rusa fue una pandemia que tuvo lugar entre octubre de 1889 y diciembre de 1890, con recurrencias en marzo-junio de 1891, noviembre de 1891-junio de 1892, primavera de 1893 e invierno de 1893-1894. También fue coocida como gripe asiática.
La pandemia se inició en San Petersburgo el 1 de diciembre de 1889, se diseminó rápidamente por Europa, dando la vuelta al mundo en solo 4 meses, de ahí que se denominara "gripe rusa de 1889", se cree que fue causada por un subtipo del virus influenza A, aunque no se tiene certeza, dado las limitaciones para el estudio virológico de la época en que sucedió. ​Provocó una mortalidad relativamente baja del 1%, pero debido al gran número de afectados, se cree que causó la muerte de alrededor de 1.000.000 de personas en todo el mundo. 

Esta fue la primera pandemia registrada de gripe verdaderamente global, afectó a todos los continentes. Las circunstancias que la favoreció fue que el mundo y la sociedad contaba con los medios que la hacían posible, ya se había desarrollado el transporte, en ferrocarril y en el vapor, la gran urbanización y el comercio, el crecimiento demográfico y el colonialismo. La vulnerabilidad a la gripe puede que sea, en parte, un subproducto de la modernización, como nos han recordado los acontecimientos recientes. 
En ciudades como Moscú, París o Londres, los primeros casos ocurrieron entre octubre y noviembre de 1889, aunque no se le prestó gran importancia, no había nada particular sobre ellos que la gente notara en ese momento. Comenzó a hacer estragos entre sectores muy particulares de la población que estaban relacionados con el comercio y los centros de comunicación, es decir, las primeras personas que enfermaron solían ser estibadores o trabajadores de correos, ferroviarios, policías. Además, cuanto menos industrializada era la localidad, más remota y agrícola era, más tarde y menos severamente sufría la localidad. Entre 1889 y 1890, los Alpes europeos, italianos, españoles y portugueses quedaron rezagados con respecto al norte de Europa y los Estados Unidos, e incluso en los grandes centros urbanos había pequeñas comunidades aisladas que a veces sobrevivían completamente ilesas, como monasterios y conventos, y también en instituciones cerradas como las cárceles.

Detalle de la Ilustración "Le Petit Parisen" del domindo 12 de enero de 1890, en las que enfermeras atienden a los pacientes encamados.

Otro rasgo típico es que se propagó a lo largo de lo que podemos denominar jerarquía urbana, primero en las principales ciudades, luego a ciudades más pequeñas, pueblos y zonas rurales. Y dónde llegaba infestaba a ricos y pobres, personas cultas y analfabetas, hombres y mujeres, físicamente aptos y no aptos.
Hubo circunstancias, que fueron especialmente favorables a la enfermedad, un entorno urbano abarrotado, donde la gente entraba y salía, en entornos muy concurridos: escuelas, teatros, cuarteles, barcos navales, edificios de viviendas, residencias universitarias, afectando igualmente a lactantes como ancianos.
También hizo estragos entre personas con enfermedades respiratorias preexistentes, por ejemplo, tuberculosis o bronquitis, o personas con enfermedades inmunosupresoras. Otra característica fue la estacionalidad pronunciada. 
Al comienzo de la pandemia ni los propios médicos estaban seguros de cómo clasificar la enfermedad, a medida que se fue disipando el misterio que rodeaba la enfermedad, el tono en los periódicos pasó de alarmista a cauteloso y tranquilizador.
En enero de 1890, “Le Petit Parisien” publicó una ilustración a página completa de la respuesta a la epidemia en París, un cuadro de varias escenas, que demuestran cómo, la alta morbilidad y la baja mortalidad de la influenza rusa moldearon la reacción del público y los medios de comunicación una vez que la enfermedad se comprendía mejor.


Los tipos de actividades mostradas muestran cómo los profesionales sanitarios y el público percibieron la enfermedad. La imagen superior izquierda muestra cómo se instaló una sala hospitalaria en una tienda de campaña ubicada en el patio de un hospital, ilustrando cómo al detectar que la enfermedad se contagiaba, los aislaron, en la carpa solo estaban las víctimas de la gripe.
La imagen en el centro es el interior del hospital de campaña. Los pacientes se veían bien atendidos, con casi tantos asistentes como pacientes. Sin embargo, no parece que los pacientes recibieran ningún tratamiento que no fuera agua y atención.
En general la pandemia se percibió como una enfermedad benigna que pasaría con el tiempo y el descanso, en lugar de una amenaza grave para la salud pública. La imagen en la parte inferior izquierda muestra a dos músicos interpretando una canción sobre la gripe titulada "todo el mundo tiene gripe" ante una gran multitud. Finalmente, la distribución de ropa a las familias de las víctimas de la gripe se muestra en la imagen inferior derecha.

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