La
obra se presenta en torno a la estancia hospitalaria dónde se ven varias camas
con chicos encamados y en primer plano tenemos una adolescente enferma, que se
presenta en ligero escorzo, y se distribuye dos grupos de figuras, en una la madre
sentada hablando con la hija, a la que tiene cogida la mano y a la derecha mirando desde los pies de la cama, su
hermana y la enfermera, ésta posiblemente religiosa, según parece por el tipo de cofia, protegida con delantal y antebrazos blancos. Con esta
disposición, se genera una escena de tres personas de espalda que permiten
concentrar sus miradas en el rostro de la verdadera protagonista del cuadro, la
niña enferma. También se puede observar
los números de identificación de cada cama y las pizarras en la pared dónde
pueden ponerse datos de pacientes y clínicos.
La visita de la madre al hospital. Autor: Enrique Paternina García-Cid. Múseo del Prado. Madrid. |
La luz incide lateralmente desde la
izquierda centrándose en el motivo principal madre e hija que destacan por
el contraste producido entre las blancas sábanas y el negro vestido de la madre
adornado con la mantilla y delantal de encaje blanco, algo similar sucede con
las vestimentas de enfermera, en el resto del lienzo la luz se va disipando
suavemente. La utilización del color también acentúa este efecto con los
contrastes de blanco y negro o colores oscuros frente a un fondo en tonos ocres
más bien neutros. Solo destaca cromáticamente los cuadros de la falda y la
cesta de naranjas tapada con un paño rojo que porta la hermana. El rigor del
dibujo de raigambre académica y la sólida construcción volumétrica de las
figuras gracias a la luz y el color. Esta bella obra inspiró a otro gran pintor en una de sus obras más conocidas de su época joven como veremos en otra publicación.
No olvidemos que la enfermería antes de ser una profesión reconocida y
científica, en su recorrido histórico occidental, hubo un tiempo en
el que caminó de la mano de instituciones religiosas, siendo ejercida por
personal religioso o bajo su tutela, también que, por la época
de la obra de la publicación, las personas que se hospitalizaban eran
fundamentalmente los pobres y otros necesitados, y quienes los atendían eran religiosas o voluntarias a cambio de techo y comida. Los pudientes eran atendidos
en su domicilio por médicos y enfermeras.
El autor fue Enrique Paternina García-Cid, nacido en La
Rioja, España, 1866/1910.
A los quince años ya destacó como dibujante y
ganó el primer premio de dibujo de figura en el colegio de segunda enseñanza de
Orduña. A los diecinueve se trasladó a Madrid para ingresar en la Escuela
Especial de Pintura, Escultura y Grabado, donde estudió dos años. En el verano
de 1887 viajó a Italia con su compañero Baldomero Sáenz y recorrieron el país,
instalándose en la capital e integrándose rápidamente con la colonia
internacional de artistas, como prueba su pronta incorporación a la Asociación
Artística Internacional de Roma, que tuvo lugar en noviembre de 1888. En la
ciudad del Tíber, pintaría su obra más célebre “La visita de la madre”,
con la que ganó las segundas medallas de la Exposición Nacional de Bellas Artes
de 1892, de la Exposición Artística de Bilbao de ese mismo año, así como de la
III Exposición de Bellas Artes e Industrias Artísticas de Barcelona en 1896.
Tras su regreso a España, recibió el título de caballero de la orden de Carlos
III en 1895 y vivió entre Sevilla y Haro. Exquisito dibujante, su pintura se
caracteriza por el uso de colores sobrios que acompañan la temática social en
la que destacó, sin desdeñar tampoco el paisaje y el género costumbrista.
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