jueves, 31 de enero de 2019

De chaque instant. Francia. Cine documental 2018.

Una embolia pulmonar mandó a Nicolas Philibert  a la sala de urgencias de un hospital en enero de 2016. “Estuve a punto de morir”, dice el director y en cuanto se recuperó, tras tres semanas en cama y otros cuatro meses de recuperación, decidió que su siguiente documental estaría dedicado a los profesionales sanitarios.
“Me gusta grabar a la gente mientras aprende. Las personas se convierten un cúmulo de emociones cuando se enfrentan a lo que no conocen. En este caso, sienten miedo, pero también un enorme deseo de ser mejores, de ser útiles, de ser grandes. El deseo es el motor que mueve sus vidas en esos momentos. Un enfermero experimentado, que sabe lo que hace y lo hace sin el menor atisbo de duda, no funciona ante mi cámara”. Así es como ha dirigido el documental De chaque instant, en castellano Cada momento.

La cámara de Philibert, y con ella el espectador, acompaña a un grupo de novatos en todo su proceso formativo. La precisión de las clases teóricas, el cuidado y preocupación ante sus primeras maniobras médicas y su autoevaluación final tras meses de esfuerzo trufados de reglas y protocolos que cumplir.
“Se preparan para ejercer una de las profesiones más relevantes de la sociedad y también una de las más despreciadas. El mundo actual te valora en función de lo que produces y ellos, no están en el lado acertado. Por eso solo son atractivos en ambientes como el porno”, lamenta el cineasta.
En España, los enfermeros se enfrentan al cierre de miles de camas cada verano y a un déficit de contratación.
La situación en Francia no es muy diferente, pero el director ha optado por que su relato no entre en reivindicaciones para centrarse en la mochila de emociones de sus jóvenes protagonistas. “Hago mis películas desde la ignorancia. Prefiero observar a una persona a pie de calle antes que incluir las declaraciones de un experto. Cuando rodé El país de los sordos (1992), aprendí la lengua de signos. No me gustan los intermediarios".
Estos estudiantes de enfermería franceses, la mayoría en su veintena, bien podrían ser los jóvenes alumnos de un colegio de la Francia rural que aparecieron en 2002 en Ser y tener, el título más exitoso de Philibert y uno de los más grandes hitos en taquilla que el género del documental ha dado al cine europeo. Se separaban por vez primera de sus familias para emprender su propio viaje y entendían que ese gesto era una de las partes más importantes de la vida. De nuevo, la belleza del aprendizaje era uno de los temas centrales de su relato.
El francés no es muy dado a las elipsis y muchas de las secuencias de sus películas se muestran en bruto, sin saltar un solo plano. Si uno de los aprendices de De chaque instant necesita cinco minutos para terminar de tomar la tensión correctamente en una de sus prácticas, el espectador va a presenciar el proceso completo.
Philibert admite que se siente identificado con ese mimo por el detalle que se exige a los enfermeros, porque es el mismo que aplica a sus trabajos. “El prestar atención a las cosas, sin buscar atajos, es clave en el cine y en la medicina, pero también en las relaciones con nuestros seres queridos y en el resto de situaciones de la vida. Es una necesidad universal”, defiende.
Consciente de que es la audiencia y no él mismo quien encuentra el significado de sus películas, el director admite una sugerencia. ¿Y si De chaque instant trata en realidad de la empatía y de saber ponerse en la posición de otros? “Sin duda, la película es un permanente encuentro con el prójimo, con alguien a quien no conoces, que enfrenta cosas que no conoces, como el dolor o incluso la muerte”.
Dirección: Nicolas Philibert
Fotografía: Nicolas Philibert
Montaje: Nicolas Philibert
Sonido: Yolande Decarsin, Romain Ozanne
Producción: Denis Freyd
Compañía Productora: Archipel 35, France 3 Cinéma, Longride
Nicolas Philibert
Nicolas Philibert nació en Nancy, Francia, en 1951. Estudió Filosofía en la Universidad de Grenoble y, a los 19 años, fue asistente de dirección y escenógrafo en la película Les Camisards, de René. Ha trabajado con directores como Alain Tanner o Claude Goretta. Es considerado uno de los grandes documentalistas de nuestro tiempo. Debutó en 1978 con La voix de son maître, y entre los hitos de su extensa filmografía se encuentran El país de los sordos (1992), Un animal, dos animales (1996), la premiada Ser y tener (2002), con la que obtuvo el Premio del Cine Europeo al Mejor Documental, el Prix Louis Delluc y una nominación a los BAFTA, entre otros reconocimientos, y Nenette (2010). Su último film, De chaque instant, fue estrenado en el Festival de Locarno en 2018.


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