Edith Cavell, nació en Swardeston, Inglaterra, en 1865 y murió en Bruselas, Bélgica, en 1915. Fue una enfermera británica condenada a muerte en juicio sumarísimo por un tribunal militar alemán durante la Gran Guerra, acusada de alta traición por haber cobijado en su hospital en Bruselas hasta doscientos soldados belgas, franceses, e ingleses, prisioneros evadidos y pilotos abatidos y haberles ayudado a huir de Bélgica y reintegrarse a sus puestos de combate.
Cavell, que tenía 49 años cuando fue ejecutada, fue una pionera de la enfermería moderna en Bélgica. Hija mayor del vicario de su localidad. Tras completar su educación, trabajó como institutriz para varias familias, entre ellas una de Bruselas de 1890 a 1895. Volvió a su casa para cuidar a su padre enfermo, y tras su recuperación, decidió estudiar enfermería. En 1896, con 30 años, comenzó a trabajar como enfermera en prácticas en el London Hospital.
En 1907, el médico Antoine Depage la reclutó para convertirla en enfermera jefe del Instituto Berkendael. En octubre de ese año Depage fundó L'École Belge d'Infirmières Diplômées, confiándole la dirección a Cavell.
Cuando estalló la Primera Guerra Mundial, la escuela y el Instituto quedaron en manos de Cruz Roja, cuyo presidente era Depage. Cavell se convirtió en agente del MI6, el servicio secreto británico. Al invadir los alemanes Bélgica, se ordenó que todos "los heridos peligrosos o sospechosos" fueran sacados del hospital. Cavell abandonó sus labores de espionaje y se dedicó a ayudar a cientos de soldados a escapar hacia los Países Bajos, país neutral, gracias a una red de evasión organizada por belgas de la zona de Mons y franceses de Lille y Valenciennes, violando la ley marcial impuesta por los ocupantes. Sin embargo, un espía alemán infiltrado descubrió esta red, lo que llevó a su desarticulación y a la detención de numerosas personas, entre ellas Edith Cavell, que fue arrestada el 3 de agosto y encarcelada.
El gobierno británico no pudo hacer nada por salvar la vida de la enfermera. Los Estados Unidos, que aún no habían entrado en la contienda, ejercieron presiones diplomáticas. El primer secretario de su representación en Bruselas, Hugh Gibson, habló con el gobernador alemán de Bélgica, von der Lancken, inclinado a perdonar la vida de Cavell por su honestidad al admitir sus cargos y por haber salvado numerosas vidas alemanas y aliadas.
Los restos de Edith Cavell se encuentran en la Catedral de Norwich. También podemos encontrar una estatua suya en Trafalgar Square.
Los restos de Edith Cavell se encuentran en la Catedral de Norwich. También podemos encontrar una estatua suya en Trafalgar Square.
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